Eficiencia energética: un nuevo paso hacia una minería más sostenible.

La gran paradoja en la actualidad es que, para poder llevar adelante la transición energética hacia fuentes de energías renovables se requiere de la extracción de minerales como el grafito, el litio y el cobalto para desplegar proyectos con energía eólica, solar o geotérmica, e incluso para el desarrollo y avance de la construcción de carros eléctricos; hecho, que termina siendo debatible, ya que la misma situación genera un impacto negativo al medioambiente. Por esta razón, y teniendo en cuenta los objetivos trazados en el Acuerdo de París es que cada vez más actores del sector público y privado hablan sobre la importancia de una minería sostenible, inclusiva e integrada como una nueva solución a esta actividad extractiva.

En principio, cabe señalar que la minería es una actividad de alto consumo energético y que dependiendo de la mina esta fuente puede suponer aproximadamente entre el 10% y el 40% de los gastos operacionales. A su vez, y de acuerdo con un informe de Weir Group, que recoge más de 40 estudios sectoriales, el volumen de emisiones de gases de efecto invernadero debido al uso masivo de energía fósil en este sector, puede llegar a alcanzar el 3,5% de la energía global.

Teniendo en cuenta esta situación compañías extractoras, organizaciones ambientales y entidades públicas en varios países empiezan a ser un ejemplo del desarrollo de una minería sostenible. Tal es el caso en Perú, donde se está llevando a cabo el proyecto minero Quellaveco, que se convirtió en el primero en iniciar la transformación de su matriz energética en este país y así mismo se pueden encontrar otros modelos en Chile y Brasil.

A su vez, y gracias al apoyo de Azimut Energía, compañía experta en proyectos de eficiencia energética en diferentes sectores industriales, Colombia también está avanzando en este propósito, al que se han sumado empresas de la talla de Prominerales, Argos, Arisol, Avensa, Agregados, Conasfaltos, Mineros SA, Pavimentar, Carbones San Fernando, entre otros.

No obstante, uno de los grandes casos de éxito, cuenta César Cardona, Gerente de Gestión Energética de Azimut Energía, es Industrial Conconcreto, en el que a través de un plan de eficiencia energética que se llevó adelante en cuatro pasos: comprar y usar bien la energía, digitalización de activos y generación en sitio de energía renovable, lograron que en una mina en Girardota, Antioquia, se bajara más de un 40% del consumo de kilovatios hora (kWh) por cada tonelada producida.

“A partir de diferentes tecnologías de Big Data, Cloud e IA, y del análisis de líneas base multivariables, estamos midiendo más o menos el 96% de la mina en esta región, lo que nos permite mejorar diferentes procesos en el uso de distintos equipos, con el fin de disminuir el indicador de productividad de kilovatios hora requeridos para producir una tonelada del material”, explica Cardona.

El experto además agrega que ahora van a desarrollar tres proyectos de energía solar en este sitio, que permitirán que cerca del 30% de las energías que se usen en los equipos, sean limpias y renovables. “Por ahora ya instalamos el primer proyecto de 92 kW pico, y en total se estará generando un ahorro superior a los $130 millones/año”.

Un dato interesante a señalar en el marco del desarrollo de estos proyectos es que, para 2022, Colombia se convirtió en el mayor exportador no europeo de carbón térmico a Europa, con cerca de 4 millones de toneladas. E incluso, según datos de Fenalcarbón, las exportaciones de carbón térmico, carbón metalúrgico y coque, generaron ventas por $11,7 billones, lo que significa que estos minerales generan un gran aporte al crecimiento económico en el país.

Asimismo, vale la pena, para entender mucho mejor el tema que los minerales pasan por distintos procesos productivos que comprenden la extracción, beneficio y/o transformación, lo que requiere energía que se emplea principalmente en tecnologías de calor directo y fuerza motriz para actividades de perforación, voladura, carguío y acarreo, clasificación, secado, entre otras, según lo explica el informe del plan de Acción Indicativo PROURE realizado por el UPME.

Por ejemplo -muestra el informe-, para el consumo de energía de la producción de níquel hay un alto porcentaje de participación del gas natural (54%), seguido por energía eléctrica (42%), diésel y gasolina (4%). “Con respecto al consumo energético para la minería de carbón, se evidencia que el diésel es el energético de mayor consumo, seguido por la energía eléctrica”.

En el ejercicio de simulación de eficiencia energética que lleva adelante la UPME para el sector minero, en donde tiene en cuenta, las buenas prácticas y el cambio tecnológico, asegura que esto puede llegar a resultar en un potencial ahorro de 11.46 Petajulio (PJ) en el periodo 2022-2030, lo que comparado con el escenario de referencia resulta en una reducción del 2% acumulado en el periodo y, que se traduciría en la reducción de más 771 Ton de CO2.

Julio Betancourt, gerente de Productos de Azimut Energía, asegura que la eficiencia energética y los planes de desarrollo de una minería sostenible pueden llegar a construir un camino hacia un mundo mejor. En donde lo cierto, es que a futuro se va a requerir de una mayor extracción de minerales para hacer carros eléctricos o proyectos de energías renovables, pero se puede lograr de una forma más consciente en donde es fundamental hacer un uso eficiente de la energía.

Algo que confirma el Banco Mundial, quien asegura en uno de sus informes que la producción de minerales podría llegar aumentar en un 500% para el año 2050. Incluso, se destaca que se necesitarán más de 3.000 millones de toneladas de minerales y metales para desplegar la energía eólica, solar y geotérmica, así como el almacenamiento de energía, necesarios para lograr un futuro por debajo de los 2°C.

Es por ello, que entre más compañías colombianas del sector se sumen al cambio, mayor será el impacto positivo al medioambiente y mejores las posibilidades de crecimiento económico en el país.

Tomado de Portafolio