¿Cuánto caería la producción de petróleo con el fin de la exploración?

Según el último informe del Dane sobre la inflación, en comparación con agosto del año pasado, el costo de los servicios energéticos y los combustibles siguen al alza y se acercan a la variación total del IPC. El costo de la gasolina lo hizo en 8,13%; el del gas, en 14,79%; y la electricidad, en 25,9%.

En este sentido, y con el objetivo de disminuir estos aumentos a largo plazo, expertos energéticos han catalogado como “irresponsable” las declaraciones que sugieren un cese de exploración, e incluso explotación, de los hidrocarburos, de los cuales hoy depende el aparato productivo y económico del país.

De hecho, Fedesarrollo publicó en noviembre del año pasado un informe sobre los retos que tendrá Ecopetrol y el país respecto a la transición energética. En él, tal como se planteaba desde algunos sectores en ese entonces, se mostró lo que traería consigo una ‘dejada de lado’ de la explotación petrolera.

Según el centro de estudios dirigido por Luis Fernando Mejía, en caso que el país deje de explorar petróleo en 2023, para 2030 la producción pasaría de 810.000 barriles por día equivalente (Bpde) a menos de 194.000 Bpde, lo que se traduciría en un decrecimiento de cerca de 76,1% del potencial que se tiene proyectado.

En el mismo informe se plantean tres posibles panoramas para la producción del crudo teniendo en cuenta el precio internacional. Con un escenario que ellos catalogan como ‘bajo’ en el cual el precio promedio del barril sea US$50, el país seguiría en su senda productiva hasta 2023. De allí en adelante, entraría en un decrecimiento paulatino hasta llegar casi a cero para 2038.

En cuanto al escenario medio y alto, la diferencia no es muy abrupta. Pues si bien en estos casos, cuando se supone un precio por barril de petróleo de US$60 y US$70, respectivamente, para las dos situaciones habría una disminución mayor a 50% en la producción.

En el medio, por ejemplo, la cantidad de barriles producidos por día caería a cerca de 50.000 para 2038. Mientras que con un precio alto, ya dicho, esta se acercaría a los 400.000 para el mismo año.

En este aspecto, se evidencia que es necesario avanzar en la transición energética pero no de cualquier manera. Pues si bien es cierto que en 20 años el país no va a recibir lo mismo que recibe actualmente por la venta de los hidrocarburos, el cambio (y por ende los ingresos de la Nación) no se pueden hacer de un día para otro.

 

Los pobres, los más afectados

Felipe Bayón, presidente de Ecopetrol, ha sido reiterativo en que el petróleo y sus derivados como la gasolina, no son tema de una élite o del sector de los hidrocarburos. “Mucha gente en el país, especialmente de los estratos 1, 2 y 3, destinan gran parte de su ingreso en el combustible para sus vehículos, que muchas veces son motos y camiones que llevan la comida a las casas”.

Bajo este supuesto, agrega Bayón, tirar a la borda la producción de petróleo de un día para otro es poner en riesgo el ingresos de esas personas que representan más de 70% del país. “Se debe ser responsable con ellos, que en su caso el vehículo es un insumo de su trabajo, o sirve de transporte para llevar a los niños al colegio. Es una cadena de situaciones que se deben tener en cuenta”.

En su cifra del IPC, el Dane también compara la diferencia en el impacto de esta por cada nivel socioeconómico. Allí, debido a que los pobres destinan más parte de su ingreso a bienes como el combustible y la comida, para agosto de 2022, la inflación los afectó dos puntos porcentuales más que a la media.

Francisco José Lloreda, presidente de la Asociación Colombiana del Petróleo y Gas (ACP), afirmó que ante una posible inseguridad energética, la industria espera una transición simultánea en tres vías: energética, económica y productiva.

“Ojalá se dé de manera que no se afecte la competitividad del sector y así podamos seguir aportando no solo recursos fiscales y regalías sino, sobre todo, garanticemos la autosuficiencia energética y con ello precios razonables y abastecimiento confiable”, dijo.

Lo que opinan los gremios
Según Lloreda, desde el sector hay “un diálogo abierto con el Gobierno”. En él, aseguró, se ha manifestado su preocupación frente a la política energética que pueda conllevar a un “debilitamiento de un sector que es clave no solo para la economía, sino también para el desarrollo social y la sostenibilidad ambiental”.

Adicional a esto, el dirigente del gremio dijo que temen que se ralentice la actividad exploratoria y ello conduzca a una pérdida de autosuficiencia energética, “cuando hemos visto los altos costos que están pagando los países desarrollados por haberla descuidado”.

El sector de hidrocar-buros aún no descifra la posición de la administración Petro
Si bien la seguridad y autonomía energética ha sido una de las prioridades manifestadas por el nuevo gobierno en cabeza del presidente Gustavo Petro, esto dista de lo que se dijo muchas veces en campaña, según Lloreda. Incluso, hace pocos días la ministra de Minas y Energía, Irene Vélez, dijo que una vez el país se quede sin reservas de gas “se frena la exploración y se compra a Venezuela”. Esto, agregó el dirigente, deja en el limbo al gremio, pues si bien hubo rectificación, aun no hay claridad en el tema.

De La República