Los inversores internacionales están empezando a ver a Latinoamérica como parte de la solución a la escasez de materias primas causada por la guerra en Ucrania, dijo este martes en una entrevista con Efe el director para el Hemisferio Occidental del Fondo Monetario Internacional (FMI), Ilan Goldfajn.
Dentro de la región, concretamente América del Sur, en que casi todos los países son exportadores de alguna materia prima, ya sea cereal, carne, petróleo o metales, tiene ante sí una buena oportunidad de ganar cuota comercial.
«Los inversores están empezando a ver a los países de la región como parte de la solución al problema. En el mundo falta comida, hay inseguridad alimentaria, y es necesario encontrar más fuentes de energía», indicó Goldfajn, a cuyo juicio las naciones latinoamericanas están bien posicionadas para cubrir parte de esas necesidades.
Rusia y Ucrania son dos de los mayores exportadores de trigo y maíz al resto del mundo; Rusia es una fuente de petróleo y gas natural tremendamente valiosa para Europa y, junto a Bielorrusia, uno de los mayores productores de fertilizantes. Todos estos mercados se han visto profundamente afectados por la guerra entre Rusia y Ucrania, así como por las sanciones comerciales impuestas por EE.UU., Europa y otros países a Rusia y a Bielorrusia.
El hueco creado por el conflicto es el que pueden llenar los países de Latinoamérica, que son percibidos por los inversores como más pacíficos y más alejados del conflicto ucraniano que algunos de sus competidores, según Goldfajn.
Tras un crecimiento en 2021 del 6,8% en Latinoamérica y el Caribe, el FMI elevó la semana pasada su pronóstico para 2022 una décima, hasta el 2,5%, respecto a la previsión de enero pasado; y rebajó una décima su predicción para 2023, que situó en el 2,5%.
En las dos principales economías regionales, el FMI proyecta un crecimiento del 2% este año y del 2,5% en 2023 para México (8 décimas y 2 décimas menos, de lo que dijo en enero); y un crecimiento del 0,8% en 2022 y el 1,4% en 2023 para Brasil (5 décimas más y 2 décimas menos que lo proyectado en enero).
En su entrevista con Efe, el director regional del FMI admitió que, si bien el impacto directo sobre el comercio latinoamericano y caribeño de la guerra en Ucrania es muy pequeño por su poca exposición a Rusia y Ucrania, el campo en el que más se notan las consecuencias del conflicto es en la elevadísima inflación.
«Todos los países de la región están sufriendo un impacto inflacionario (por el conflicto), incluso los que son exportadores. Y eso ocurre sobre unos niveles de inflación que ya eran altos antes de la guerra«, explicó Goldfajn. Al margen de la situación en Ucrania, el FMI recomendó a los países latinoamericanos y caribeños que garanticen la sostenibilidad de sus finanzas públicas para mantener su credibilidad en los mercados y reconstruir espacio fiscal, pero siempre protegiendo a las poblaciones más vulnerables.
En este sentido, Goldfajn explicó que existen muchos gastos públicos que no van dirigidos a las capas más vulnerables de la población, y que es ahí donde deben centrarse los ajustes fiscales de lo países. Gastos corrientes y subsidios generalizados, así como impuestos indirectos, por ejemplo, son áreas en las que estos países pueden avanzar hacia la consolidación fiscal sin necesidad de tocar programas sociales clave, sanidad, educación e inversiones públicas, apuntó el director regional del FMI.
«La elevada inflación que se está viviendo y que en el caso de los precios de la energía y los alimentos afecta especialmente a las personas vulnerables hay que combatirla en el corto plazo con transferencias a los más pobres«, remachó Goldfajn.
De EFE
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