Minería de saldo positivo

Tomado de El Espectador

Publicada en El Espectador el pasado 2 de septiembre y titulada ‘¿Minería con saldo positivo?’, dice Baaptiste: “Soy consciente de que proponer una visión positiva de la minería hará que me salten al cuello quienes promueven una Colombia libre de la actividad con el pretexto de que la evidencia (a veces robusta, otras montaje) demuestra el desastre causado, tanto ambiental como social y financiero. Pero igual hay que hablar del tema”.

Entonces argumenta: “La extracción de minerales requiere transformaciones permanentes de un territorio a escala del paisaje que, de no ser contextualizadas dentro de su dinámica, aparecen como sinónimo de gestos apocalípticos o equivalentes a la huella de una erupción o un cataclismo; maravillosos si no implican la desaparición de personas, como Plinio frente al Vesubio. Pero la práctica minera, tan antigua como lo humano, es capaz de modificar montañas, crear lagos, excavar cavernas, nada de lo cual es ajeno al mundo, ni necesariamente negativo: al contrario, ha sido fundamento de paisajes únicos que albergan ecosistemas emergentes, sin importar su naturalidad, pero capaces de brindar hábitat para especies desplazadas por otras actividades humanas que afectan el territorio de manera mucho más dramática”.

Semejante ‘carga de profundidad’ no podía pasar con indiferencia. Y más cuando señala posteriormente que hay experiencias buenas y malas de afectación ambiental y paisajista. Es el caso de Bogotá, donde las canteras generaron, en el sector del río Tunjuelito, unos socavones que lo dejaron colgando, y aún así se edificó.

Pero agrega: “En contraste, muchas canteras abandonadas en la sabana de Bogotá se han convertido en lagunas llenas de vegetación y fauna nativa, pues las areniscas y arcillas son amigables con la generación de humedales, ya tan escasos. Qué tal entonces combinar estas experiencias para hacer de la extracción de gravillas, por ejemplo, un proceso de ‘terraformación’ financiada por la actividad y más propicia al disfrute de nuevos paisajes a medida que el proyecto restituye los suelos, pero no necesariamente el relieve. Al fin y al cabo las ciudades son geoformas de concreto, acero y vidrio que también se pueden convertir en hábitat compartido y gozoso con la flora y la fauna locales si el ordenamiento territorial promueve los mosaicos verdes y la innovación ambiental”.

Y concluye: “La discusión seguirá ojalá con evidencia en todos los frentes y sabiendo diferenciar la crítica ideológica (bienvenida) a la minería corporativa, que cree que rechazar ‘la grande’ es más higiénico o menos extractivista que lo que denunciaba Galeano (Eduardo)  en los años 70”. El asunto es controversia fija y, como dice la autora, seguirá de manera indefinida. Sea la oportunidad para buscar que esas lagunas que van dejando las mineras del carbón sean usadas,  productiva y ambientalmente, incluyendo algún potencial turístico en los municipios del corredor minero del Cesar.

 

 

Tomado de: El Pilón «Minería de saldo positivo» El Pilón (9 de septiembre del 2021) Recuperado de: https://elpilon.com.co/mineria-de-saldo-positivo/

1 Comment