Proyectos mineros claves para la reactivación económica no han avanzado

Tomado de Portafolio

En comparación con las actividades petroleras y de energía eléctrica, a las cuales el Gobierno les ha dado celeridad, la dinamización del sector minero es una tarea con rezagos.

En más de dos años de gestión, el Ejecutivo es muy poco lo que ha adelantado en el desarrollo de nuevas iniciativas extractivas, sobretodo las que son consideradas Proyectos de Interés Nacional Estratégico (Pine) y que hoy serían claves en la reactivación económica.

Luego de conocerse el archivo del trámite de la licencia ambiental del proyecto aurífero de Soto Norte (Santander) por parte de la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales (Anla), quedó en el ambiente minero un malestar y un sabor agridulce, ya que esta industria esperaba un respaldo más contundente del Gobierno.

Al cabo de 30 meses de gestión, el sector extractivo se pregunta si el Gobierno realmente está comprometido con el desarrollo de la actividad minera.

Muestra de ello son cinco proyectos claves para la economía del país y que son calificados como Pine, los cuales hoy deberían estar en la fase final de exploración y proyectando el inicio de producción, pero por el contrario, a la fecha no han sorteado su fase de licenciamiento ambiental, proceso el cual tarda más de un año.

Los proyectos mineros relevantes a gran escala y producción industrial que siguen prácticamente en fase inicial son Soto Norte y Quebradona. A la lista se suman San Roque y/o Gramalote, Marmato y El Bagre.

Como ya se expuso, el proyecto aurífero de Soto Norte, que lidera la empresa Minesa, lleva más de cuatro años tramitando su licencia ambiental, además de haber retirado el Estudio de Impacto Ambiental (EIA) en dos ocasiones para su revisión y actualización, nuevamente lo llevaron ante la Anla, en enero de 2020.

Casi 12 meses después, la autoridad ambiental anunció el archivo del trámite, esto significa que Minesa debería presentar de nuevo el EIA. Sin embargo, en la actualidad esperan el fallo apelatorio del archivo.

“Minesa ha desarrollado una solicitud de licencia completa, con base en cinco años de extensos estudios técnicos representados por más de 8.000 páginas de información. En los últimos ocho meses, hemos proporcionado respuestas integrales a las 107 solicitudes de información adicional de la Anla sobre una amplia gama de temas”, fue su pronunciamiento oficial.

Otro proyecto Pine que sigue en su fase de licenciamiento ambiental es el cuprífero de Quebradona, el cual debería estar iniciando su fase exploratoria.

Desde el pasado 7 de enero, y con el objetivo de garantizar que la comunidad conozcan de primera mano los avances realizados por AngloGold Ashanti (AGA) líder del proyecto, al EIA de esta iniciativa extractiva, la compañía inició una nueva fase de socialización a través de la cual se buscará abrir espacios de diálogo y participación para presentar las mejoras y ajustes realizados al proyecto, en respuesta a los requerimientos hechos por la Anla.

“Para que el proyecto Quebradona pueda avanzar en su propósito de convertir la riqueza mineral del territorio en progreso social, económico y ambiental, hemos entendido como una necesidad el llamado a actuar frente a las expectativas, las observaciones y las inquietudes legítimas de los habitantes de la región”, señalo Felipe Márquez, presidente de AGA.

Por su parte, la iniciativa aurífera San Roque y/o Gramalote, que también lidera AGA pero que desarrolla B2Gold, si bien ya tiene la licencia ambiental de la Anla, antes de iniciar su montaje debe cumplir con un requerimiento o condición de la misma, y es el de reasentar a una comunidad ubicada en el área de influencia del complejo.

“El cuello de botella suele estar en el licenciamiento, sea ambiental ante las autoridades o el social que se lleva a cabo con las comunidades. Sin embargo, este suele confluir al momento de la solicitud de la licencia ambiental en tanto las autoridades analizan, no solo el EIA presentado por la empresa sino también las observaciones de la comunidad”, dijo Nicolás Arboleda, líder del área de minería y metales en Baker McKenzie.

El analista subrayó que es durante este análisis del EIA que se presentan las numerosas demoras, ya que se llevan a cabo audiencias públicas, visitas a campo, solicitudes adicionales de información, entre otros, que retrasan el proceso de licenciamiento.

En cuanto a los proyectos auríferos de Marmato y El Bagre, sus procesos de licenciamiento están relacionados con el proceso de ampliación de la infraestructura de ambas minas para llevarlas a producción industrial.

En la actualidad, los dos complejos mineros están a la espera de que la Anla expida la respectiva licencia para que cada administración proceda a desarrollar la obras civiles, las cuales según pudo establecer Portafolio, debieron haberse realizado hace más de un año.

“La prórroga del título se empezó a tramitar en el 2017 y hoy día está a apunto de ser adjudicada. Todos los trámites relacionados se han dado bajo los tiempos moderados”, resaltó uno de los voceros de Caldas Gold, minera que desarrolla Marmato.

Al indagar en la Anla sobre la demora en el trámite de las licencias, señalaron que se ha venido impulsando una estrategia de planificación de los proyectos con los diferentes sectores a través de las agendas ambientales con los gremios, con el fin de poder responder de una manera oportuna por parte de la entidad.

A la fecha, la Anla se encuentra al día en la evaluación de sus trámites, con un porcentaje del 100% en su reporte de oportunidad, en relación a los tiempos establecidos por la ley.

 

 

 

Tomado de: Portafolio «Cinco proyectos mineros estratégicos, sin avances» Portafolio (19 de enero del 2021) Recuperado de: https://www.portafolio.co/economia/cinco-proyectos-mineros-estrategicos-sin-avances-548387