Para frenar el calentamiento global a mediados de siglo, sería necesario implementar políticas que reduzcan los gases de efecto invernadero emitidos por los productores de energía en más de un 90 por ciento, indicaron los cálculos del MIT.
‘A partir de hoy y en las próximas décadas, el principal valor de la energía nuclear radica en su contribución potencial a la descarbonización del sector energético’, argumentó el informe de 246 páginas, reseñado este martes por medios digitales.
Con el título de ‘The future of nuclear energy in a carbon-constrained world, el texto estima que el costo es ‘la principal barrera’ para incrementar las inversiones en centrales atómicas, aunque también influyen los temores por accidentes en el pasado reciente.
‘Sin reducciones de costos, la energía nuclear no desempeñará un papel importante’, señalaron los autores de la pesquisa, quienes criticaron también el retroceso de las políticas climáticas en Estados Unidos bajo la administración del presidente Donald Trump.
En opinión de los investigadores, un camino para apoyar a la industria nuclear sería fijar precios a las emisiones, mediante impuestos directos o mercados de comercio de carbono.
Gravámenes de esa naturaleza, opinó la fuente, podrían ayudar a los operadores atómicos a ganar competitividad frente a otros negocios más baratos, como los que emplean gas, energía eólica y solar.
De acuerdo con la evaluación, las empresas eléctricas deberán reducir las emisiones de dióxido de carbono del actual promedio de 500 gramos por kilowatt/hora a alrededor de 10 gramos, a fin de responder al compromiso mundial para 2050 de mantener la temperatura del planeta por debajo de dos grados Celsius.
‘El papel del gobierno será crítico’ con vistas a alcanzar dichos objetivos, apreció el codirector del estudio del MIT, John Parsons.
Los funcionarios, argumentó, ‘deben crear nuevas políticas de descarbonización que coloquen todas las tecnologías energéticas bajas en carbono en pie de igualdad, al tiempo que exploran opciones que estimulen la inversión privada’.
Una nueva generación de pequeños reactores modulares, con diseños estandarizados y mejores características de seguridad, podrían significar un alivio para la industria, acotó el examen.
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