Generar debates con argumentos justificados técnicamente, sacar el tema del campo político y emocional, y explicarles a las personas interesadas con información verificada y verificable son algunos de los objetivos del libro Mitos y realidades de la minería aurífera en Colombia.
Este texto, en el que trabajaron 18 expertos, aborda las creencias más populares (ambientales, sociales, económicas y jurídicas) que hay sobre la minería de oro en el país.
“El objetivo del libro no es ser un punto final, sino uno de partida, para que las personas interesadas tomen sus posiciones con mayor conocimiento. No hablamos ni a favor ni en contra de la minería, sino que exponemos la mejor información disponible con los mejores técnicos disponibles”, dijo Leonardo Güiza, quien estuvo al frente de este proyecto, fue coautor de dos capítulos y es abogado, licenciado en Biología, tecnólogo en Saneamiento Ambiental y cuenta con una maestría en Derechos Humanos y Derecho Ambiental de la Industria. Actualmente es profesor principal en la Facultad de Jurisprudencia de la Universidad del Rosario.
El libro, de 434 páginas, que tuvo un año de trabajo, expone nueve mitos de la minería de oro, los cuales fueron estudiados con una metodología de investigación que cumple con todas las exigencias de rigurosidad científica y académica de Colciencias para ser un producto A1 (ver recuadro ‘Un año de trabajo para un texto A1’).
Además, en el texto, hay cerca de 1.000 referencias bibliográficas, para que quienes duden tengan la posibilidad de consultar y verificar la información presentada.
A continuación se presentan los aportes principales hechos por el director técnico del libro, Eduardo Chaparro, durante el lanzamiento de la publicación, que se hizo a través de un foro virtual el pasado 2 de septiembre. Chaparro es geólogo de la Universidad Nacional de Colombia, con estudios en pequeña empresa, ciencias políticas, especializaciones en Gestión y en Ingeniería Ambiental, y una maestría en Gestión Ambiental.
Así explicó qué es un mito
“El mito está vinculado con afirmaciones o creencias que generalmente no están sustentadas en hechos ciertos, pero que se generan a través de fenómenos culturales, históricos. Sin embargo, y pese a que muchas veces se intentan descifrar y desmitificar, persisten. Como ocurre en los tiempos actuales en las discusiones sobre la protección del ambiente. Uno de los mitos es que Colombia no es un país minero, sin tener presente que nuestros antepasados (chibchas, taironas, muiscas) pagaban o vendían la sal con oro”.
Dos ejemplos típicos
“Frecuentemente a uno como geólogo le preguntan, ¿cuándo va a explotar Monserrate? No, Monserrate no va a explotar porque no es un volcán. Con respecto a la minería nunca han escaseado la abundancia de mitos. Dicen que Colombia está entregada completamente a la minería y que hay minería por todas partes… Colombia es un país de 140 millones de hectáreas de territorio continental y solamente el 3,2 % están titulados. Incluso, a la gente no le han explicado que un título no significa que necesariamente haya una mina. Un título es solamente para explorar y ver si se puede construir una mina. Y el otro, que es el que más se reitera (además es justo porque es necesario que el ciudadano exprese sus temores), es que la minería de metal del oro trae irreversibles, impredecibles, y eternos daños que no se pueden de ninguna forma remediar…
Los que escribimos los textos para este libro estamos absolutamente convencidos de que el daño irremediable, nocivo para el país, la salud, el agua y la economía del país es una apreciación errada”.
Hay que saber diferenciar
“Mucho menos creemos que se puede comparar una operación minera formal con la explotación ilícita de minerales –que causa competencia desleal, daño al medioambiente y está amparada casi siempre por grupos irregulares al margen de la ley–. Y esta última también debe diferenciarse de la pequeña minería formal”.
¿Por qué se hace minería?
“En la vida diaria se necesita. Tenemos que hacer las cosas bien para entregar el aluminio que sirve en la casa. Por ejemplo, se consumen más de 50 millones de pocillos con tinto cada mañana. Importante saber que esa taza está hecha con feldespato, cuarzo, carbón, etc. Eso es minería y eso está construyendo país. Además, cualquier solución de vivienda social está pasando por una canasta de minerales básicos, por dar otro ejemplo”.
¿Para qué producir oro?
«…No solo para la argolla matrimonial o los ornamentos religiosos de cualquier culto (todos son de oro). Más allá de lo estético y vanidoso, el oro, y lo dijo la viceministra de Minas, es el mejor refugio económico para combatir las crisis económicas. Por eso, no tiene sentido decir que hay que guardar oro y comprar para meterlo en las bóvedas del banco; el oro hay que producirlo para respaldar el sistema financiero, pero también para la salud, y la electrónica donde la virtualidad no sería posible sin satélites con paneles solares cubiertos de oro. Más de 100 millones de teléfonos se hacen al año con partículas de oro y los televisores también”.
Un año de trabajo para un texto A1
La construcción de los nueve capítulos y el proceso editorial de este libro, de 434 páginas, tardaron un año.
“Este trabajo cumple con todas las exigencias de rigurosidad científica y académica de Colciencias para ser un producto A1, que es el estándar más alto que otorga este departamento de ciencia, tecnología e innovación”, comentó Leonardo Güiza.
Precisamente, para lograr esta calificación A1, las fuentes de información del texto comprenden artículos científicos indexados, la revisión de la normatividad y jurisprudencia sobre cada uno de los temas analizados; también la revisión de expedientes ambientales de los principales proyectos de minería aurífera, e incluso una visita de campo a un proyecto minero.
“Casi todos los 18 autores visitamos el proyecto Soto Norte de Minesa, en Santander. Allí, recorrimos todas sus áreas y verificamos lo que estaba haciendo la empresa en temas de manejo ambiental”, relató Güiza Suárez.
¿Quiénes fueron los 18 autores?
Geólogos, ingenieros, biólogos, abogados y economistas, entre otros (algunos de ellos con más de 30 años de experiencia y varios con doctorados, especializaciones o maestrías), fueron los encargados de investigar los mitos que muestra el libro.
Además de Leonardo Güiza y Eduardo Chaparro (en las fotografías), participaron: Juan Pablo Salazar, Oswaldo Ordóñez, Héctor Vargas, Germán Vargas, Lorena Bolívar, Rafael Mateus, Tomás González y Álvaro Ponce.
También aportaron en la elaboración del libro Juan David Aristizábal, Sonia Güiza González, Viviana Rivera Pulido, Ómar Giraldo Villada, John Alexánder León, Algemiro Vergara, Daniela Escobar y Patricia Gamboa.
Bajo la lupa de los datos y de los expertos
Los mitos que se analizan y verifican en este libro son los que mayor exposición y énfasis han tenido en las redes sociales, medios de comunicación y marchas del país.
El primero de ellos habla de si realmente se puede hacer minería en los páramos de Colombia.
“La conclusión es que la minería en páramos quedó prohibida desde el Plan de Nacional Desarrollo de 2011 y esto se reafirmó con la Ley 1930 de 2018. Es absurdo hacer un debate por algo que ya está prohibido”, dijo el coautor de este capítulo, Juan David Aristizábal, quien es biólogo, consultor ambiental y especialista en Derecho Ambiental.
En cuanto al uso del agua y los residuales de este líquido vital, que es el segundo mito, los expertos encontraron que no se utilizarán cantidades exorbitantes.
“El agua que se utiliza en la minería legal no será en las cantidades exorbitantes que se mencionan ni la van a secar, pues esta se recircula. Hay casos internacionales, como Perú, en el que el líquido se recircula hasta nueve veces”, dijo Sonia Güiza, geoquímica con 25 años de experiencia y coautora del capítulo.
El siguiente mito dice que cualquier operación minera aurífera causa vertimientos tóxicos irremediables, que no son reparables y afectan al medioambiente y la salud humana.
“Esto no es cierto porque en la minería industrial existen numerosos métodos fisicoquímicos para neutralizar los efectos negativos de los residuos”, dijo Eduardo Chaparro, coautor, geólogo, especialista en Ingeniería Ambiental y magíster en Gestión Ambiental.
El quinto mito habla del uso de los explosivos en la minería y que estos, bien usados, no representan riesgos de derrumbes o afectaciones a zonas habitadas.
“Por desconocimiento, la gente asocia los explosivos con deslizamientos, derrumbes y tumbar casas. Lo cierto es que la ingeniería de voladuras bien manejada y con explosivos con tecnología se puede hacer en cualquier momento”, dijo uno de los autores del capítulo, Ómar Giraldo, ingeniero de minas con 27 años de experiencia en esta industria.
Se habla de que los beneficios económicos que le dejan al país los proyectos mineros de oro no compensan los impactos negativos que pueden llegar a tener.
Sin embargo, para los autores del capítulo noveno, esto no es cierto pues estos proyectos pagan impuestos, regalías y generan empleos de calidad.
“Solo en 2019, los proyectos mineros industriales le aportaron al país unos $ 125.000 millones”, dijo Tomás González, coautor, doctor en Economía y exministro de Minas y Energía.
En este capítulo, también se asegura que de entrar a operar cinco proyectos mineros de oro en el país, se generarían 220.000 millones de pesos en impuestos cada año durante la próxima década.
Además de estos mitos, en el texto, que estará a la venta en los próximos días en las principales librerías del país, también se revisan creencias sobre los reasentamientos, depósitos de colas y la participación ciudadana.
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