La disrupción digital ha cambiado radicalmente industrias como la del entretenimiento, el turismo y el sector financiero. Y crea nuevas oportunidades aún para segmentos más tradicionales como el energético, donde el crecimiento de las energías renovables, la masificación de los carros eléctricos y la democratización de los recursos energéticos productivos transforma los modelos de negocio de cara a un mundo más digital, conectado y basado en la información.
Jamás había tenido el sector energético tantas opciones para crecer. Si bien hoy los ingresos derivados de las ventas al detal representan solo el 10% del total, en Accenture estimamos que puede pasar al 24% en menos de 7 años. Para el 2020 habría más de 30.000 millones de dispositivos conectados a internet, que recolectarán información, conectarán usuarios y necesitarán energía para funcionar.
A diario vemos y oímos sobre iniciativas de ciudades inteligentes. Y para mediados de la década del 2030 será ilegal en varios países vender vehículos de combustión interna o diésel, dando a una revolución energética que comienza por uno de nuestros bienes más preciados: el carro. Mientras tanto, la cadena de suministro de energía se atomiza gracias a los avances en la producción y almacenamiento, que ponen en manos de los consumidores finales la capacidad de ser autónomos y vender sus excedentes de energía a los operadores tradicionales.
Con el Decreto 0570 del Minminas, Colombia se prepara para asegurar su futuro energético con la incorporación de las fuentes de producción renovables a la malla eléctrica nacional. Algunas empresas también están moviéndose en este sentido. Pero además de los jugadores tradicionales, esta mezcla de nuevas tecnologías y nuevas reglamentaciones abre la puerta a jugadores no incumbentes para generar una disrupción que el sector no ha visto desde sus inicios. Es por eso qué quienes aprovechan la coyuntura para fortalecer su posición y mejorar su productividad deben pensar en la diversificación y expansión de su negocio de manera ágil.
La meta es convertirse en un proveedor que diversifica sus fuentes de producción, mezclando las convencionales y renovables. Y que optimice el uso de su red integrando redes de transmisión inteligentes que pueda vender y comprar al mejor precio posible, y que pueda anticipar las necesidades de los clientes finales para maximizar sus utilidades. La manera de hacerlo es pivotear el negocio con la ayuda de información en tiempo real que nos permita escalar los nuevos negocios y transformar los actuales.
Con modelos basados en la medición constante de toda la cadena productiva, en la que se optimicen las fuentes de producción y las de almacenamiento, en la que se orqueste de manera optimizada la distribución y en la que se pueda convertir la red energética actual en una plataforma integrada que pueda ofrecer nuevos productos y servicios para entregar al cliente ese estilo de vida digital y conectado que está buscando. Y ahí es donde estamos trabajando: en el diseño, construcción y materialización de esa propuesta de valor.
Fuente: Marco Ribas / portafolio.co
Foto: Accenture
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