En Bogotá se reúnen estos 23 y 24 de junio los más diversos agentes gubernamentales y empresas de Colombia y Alemania para estrechar su cooperación como economías que buscan concretar las bases de uso generalizado defuentes de energías renovables.
Berlín y Bogotá se complementan. Sus gobiernos, el del canciller Olaf Scholz, y el del presidente saliente de Colombia, Iván Duque, así como el del entrante, Gustavo Petro, comparten el mismo cometido: lograr la transición energética, más temprano que tarde.
«Colombia tiene una de las matrices energéticas más limpias del planeta, con enormes hidroeléctricas que representan el 70% de la matriz energética», resalta en conversación con DW Juan Ricardo Ortega, presidente del Grupo Energía Bogotá (GEB), que gestiona e invierte en sistemas de transmisión, transporte y distribución de energía eléctrica y gas en varios países de América Latina.
El economista destaca que «el presidente Iván Duque hizo una apuesta muy importante al explotar el enorme potencial eólico y solar, que tiene la posibilidad de duplicar su infraestructura de generación en la costa del Caribe y en algunas zonas del interior, en donde el nivel de radiación es muy alta». El potencial de producción de energías renovables en Colombia, según el presidente del GEB, «abre un espacio para convertirse en una de las fuentes de suministro de amoniaco verde a Europa».
El amoniaco es un derivado del gas metano que se utiliza en la producción de fertilizantes en la agricultura. Ortega explica que «el amoniaco es más fácil de transportar que el hidrógeno, por lo que calcula que en el año 2027 Colombia podría estar ya exportando amoniaco, antes que hidrógeno».
«Gracias a uno de los marcos normativos, regulatorios y fiscales más prometedores de la región, hoy la transición energética de Colombia es un hecho», dice el Ministerio de Minas y Energía de Colombia en un comunicado. ¿Qué tan concretos son los resultados? Según el mismo ente, «Colombia pasó en los últimos cuatro años de contar con solo dos proyectos eólicos y solares, a sumar 21 granjas solares, 2 parques eólicos, 10 proyectos de autogeneración a gran escala y más de 3.000 proyectos solares fotovoltaicos de autogeneración a pequeña escala», agrega.
«Colombia ha multiplicado casi por 100 la capacidad instalada de fuentes renovables no convencionales que existía en el año 2018», apunta a DW el presidente de la Cámara de Industria y Comercio Colombo-Alemana, Thorsten Kötschau.
Así, el único país suramericano con dos costas, Andes y Amazonía ha logrado posicionarse como referente energético en la región. Pero tiene que aumentar su capacidad técnica y de fuerza laboral para los nuevos proyectos con energías renovables que se propone desarrollar también el Gobierno de Gustavo Petro a partir del 7 de agosto.
En consecuencia, «nosotros como Cámara de Industria y Comercio Colombo-Alemana (AHK Colombia), junto con la Agencia Alemana de Energía (dena), las Embajadas de Alemania en Colombia y la de Colombia en Alemania, así como el Gobierno de Iván Duque, hemos trabajado en la creación de un Centro Regional de Formación en Energías Renovables», revela Thorsten Kötschau. La capacitación en energías renovables es un aporte «enorme”, alaba, por su parte, el presidente del GEB.
Este centro de capacitación e innovación estará destinado, según Kötschau «a formar a colombianos y otros latinoamericanos en técnicas de energías renovables». Una formación dual que busca ser homologada a títulos en Alemania «para ofrecer a los egresados la oportunidad de aumentar su experiencia también en Alemania, en donde el sector energético da empleo a unas 300 mil personas», explica el presidente de la AHK Colombia. Y concluye que «nos gustaría aportar más valor agregado a la producción en Colombia”, porque «así se crean más puestos de trabajo, lo que se traduce en crecimiento económico”.
Tomado de DW
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