Solo un buen sistema financiero empresarial, adaptado a la digitalización global, podrá prevenir este tipo de choques.
Para nadie es un secreto que los choques son cíclicos y que llegan en el momento menos esperado. La imprudencia que ocasiona la desinformación y las decisiones que asumen los liderazgos tóxicos, hacen que se genere una reacción en cadena de manera irracional, ocasionando momentos de pánico en los mercados. Esto se da, gracias a la incertidumbre que traen los cambios al final de un ciclo. Sin embargo, no es la primera vez que se observa este escenario en los mercados. La combinación de todos estos eventos, genera una disrupción económica que, a través de la globalización digital, en cuestión de segundos, causa una réplica en todos los rincones del mundo.
Cuando un país o una empresa depende de la fluctuación del precio de un activo especifico, deben estar preparados para este tipo de choques externos. Los mercados financieros ofrecen infinidad de opciones de manera digital, para mitigar el riesgo que puede producir este tipo de eventos. Uno de tantos instrumentos financieros que hay en los mercados, gracias a la digitalización de estos, son los contratos futuros. Como su nombre lo indica, es un contrato o convenio que se hace a través de una bolsa de valores con la finalidad de comprar o vender un activo en el futuro a determinado precio.
Llevando la teoría a la práctica, hablemos de un caso puntual, Colombia y el petróleo. La proyección que se hizo en el país para el precio de la materia prima, esta alrededor de los 60 USD por barril, precio al cierre de esta edición 22 USD por barril. Al momento de hacer esta proyección inmediatamente se debió estudiar técnicamente la tendencia del activo para hacer una cobertura a estos niveles de precio. La tendencia del petróleo toco su punto máximo, dentro de su último ciclo, en septiembre de 2018 (ver gráfico, círculo rojo), en ese momento se debió empezar a proyectar la caída que se veía venir y cuando el precio se estabilizo (ver gráfico, banda azul), apareció el momento oportuno para iniciar la estrategia de cobertura. Con esto se estaría garantizando precios altos en una tendencia a la baja. En síntesis, el resultado del ejercicio generaría estabilidad en los balances en lugar de una gran pérdida. Los instrumentos financieros, están diseñados para hacer uso de ellos y así permitir que una empresa o Nación, genere utilidades o estabilidad en mercados bajistas.
Finalmente, los ciclos van seguir su camino y será responsabilidad de cada entidad leer el mensaje que deja el cierre de cada uno. Este llego a través de un virus (COVID-19) aclamando la digitalización empresarial y dejando a las compañías que no estaban preparadas, con poco espacio para maniobrar el choque y con números poco alentadores.
John González, Consultor Financiero
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