De acuerdo con el Banco Mundial, la pandemia del Covid-19 nos ha enfrentado ante lo que sería la peor recesión desde la Segunda Guerra Mundial. Los índices de desempleo alcanzan el 20,2% en el país y el 27,5%, en la cabecera municipal del departamento, Riohacha. Adicional a esto, Cerrejón enfrenta una crisis marcada por la caída del precio internacional de comercialización del carbón en un 22%, frente al promedio del año anterior, y en un 50% frente a 2018, la reducción de la demanda de este producto en el mundo y varios fallos judiciales que impiden la entrada en operación de tajos más rentables. Esto ha provocado que la compañía haya tenido en el primer semestre del año la cifra de exportaciones más baja en los últimos 18 años para ese periodo, ocasionando pérdidas de más 368.000 millones de pesos, lo que sin duda afecta las finanzas del país y del departamento.
Aun así, la industria minera, y en este caso Cerrejón, ha mantenido sus compromisos laborales, al tiempo que ha apoyado de manera decidida la gestión en salud y bioseguridad de los habitantes del departamento. Ha invertido más de 11.000 millones de pesos para fortalecer el sector salud de La Guajira, con la entrega de insumos médicos, equipos para los hospitales y la donación del primer laboratorio de biología molecular del departamento, y ha apoyado a las comunidades indígenas a cumplir los protocolos de bioseguridad con la entrega de 50.000 mercados, 20 millones de litros de agua y elementos de protección e higiene.
En ese contexto la Asociación Colombiana de Minería hace un llamado a la sensatez de los trabajadores de Cerrejón y miembros de Sintracarbón. Mientras millones de colombianos enfrentan una crisis económica sin precedentes, Sintracarbón ha rechazado un paquete de beneficios laborales muy superiores a los que acceden la mayoría de los colombianos que incluye:
Adicional a lo anterior, al haber decretado una huelga, cada uno de los miembros de este sindicato perdió $5.5 millones de pesos que se entregarían a la firma de la nueva convención colectiva de trabajo, sin que hubiese una huelga. Con el cese de actividades, la negociación empezará nuevamente de cero.
Una huelga en este momento no beneficia a nadie y, por el contrario, esta profundiza la crisis económica de La Guajira ya que, mientras esta se lleve a cabo, se suspenden los contratos de cerca de 10.000 trabajadores directos y contratistas y la economía del departamento y del país dejan de recibir cerca de 7.000 millones de pesos diarios. Sin duda, la huelga de Sintracarbón impacta negativamente el bienestar de las familias y comunidades guajiras.
Desde el gremio minero hacemos un llamado a toda la comunidad del Cerrejón para llegar a una pronta solución a esta negociación y que más allá de esto, se continúe con el trabajo mancomunado para salir lo antes posible de la crisis por la que atraviesa no solo el país, sino el mundo entero.
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