La pandemia por la covid-19 y la tendencia a la baja en los precios del carbón a nivel mundial dejaron en jaque a grandes complejos mineros a cielo abierto para la producción de este mineral en el país.
Pero el único que se mantiene a flote, pese a la coyuntura, es la multinacional Drummond, bajo la presidencia de José Miguel Linares, quien en diálogo con Portafolio afirmó que han logrado “sobreaguar” la operación, gracias a que siempre están enfocados en desarrollar con eficiencia los costos de operación, y el portafolio de clientes.
¿Cómo mantuvieron la operación con pandemia y la caída en el precio?
Somos una compañía eficiente en los temas operativos y financieros. Así mismo, en nuestra estrategia de mercadeo, se negociaron bien los contratos de largo plazo, lo que nos permitió sostener la operación. Tenemos una base de clientes amplia y consolidada, lo que da el espacio, sin importar la cotización del carbón, para que sigan manteniendo su nivel de demanda.
¿Cómo hicieron efectiva la operación?
En la actual coyuntura se aplicó una estrategia de responsabilidad corporativa, en coordinación con el Departamento Médico de la compañía. Si bien la operación minera estaba dentro de las excepciones, otra cosa es lo que pasa en la zona de operación.
El ambiente era de pánico y paranoia, incluso entre la comunidad. Hicimos valer una relación de más de 30 años con diversos sectores en la región. Les mostramos el protocolo de bioseguridad que habíamos implementado. Y en esta tarea recibimos la ayuda de los ministerios de Minas y Energía, y Salud. Comenzamos la pedagogía con los empleados de la compañía, que en buen número son de la zona. Así, poco a poco se fue recuperando no solo la confianza, sino además la operación. Fuimos la minera que más rápido retomó las tareas en el país.
¿Cómo reorganizaron las finanzas?
Las inversiones importantes las hacemos en la comunidad, y en todo lo relacionado con la responsabilidad social.
También en el mantenimiento de equipos. Estas eficiencias y ahorros nos han permitido tener el número de personal adecuado para la operación. Además, tenemos un nivel de endeudamiento muy bajo.
¿Con la coyuntura, mantuvieron el portafolio de clientes?
Se mantuvo el portafolio. Hemos migrado y ampliado la base de clientes en el tiempo. En los últimos años se ha fortalecido en la presencia en Asia, a donde llega el 58% de la extracción de Drummond en Colombia. En ese mercado, ha crecido la demanda en Corea del Sur y Turquía.
También Medio Oriente. A Europa solo se exporta el 8%.
Por la coyuntura, ¿cómo reorganizaron las inversiones para el 2020?
Las inversiones que se tenían proyectadas se redujeron. Y se recurrieron a recursos de las reservas para desarrollar los protocolos de bioseguridad.
Otra de las prioridades fue la del mantenimiento de los equipos. Además, decidimos iniciar el proyecto de Rincón Hondo. Y hoy prácticamente es la única iniciativa carbonífera a gran escala que arranca en el país. Estaba suspendida hace varios años y la meta es que con sus volúmenes de extracción, que son un tercio del total de la operación, se mantenga los niveles de producción para atender a los clientes.
¿Cuáles son los proyectos para la tarea en el 2021?
Iniciar la producción en la mina de Rincón Hondo. Además mantener los niveles de extracción entre 31 y 33 millones de toneladas. Tenemos los clientes para esta tarea de producción.
No sobra decir que todo esto depende de cómo se comporten los precios del carbón en el mercado. El tema de la cotización está golpeando duro a todas las compañías. Preferimos no apostarle a los mercados spot por incrementar los ingresos, y luego estar preocupados por la caída del precio.
¿Cuál es el precio ideal para que la operación sea rentable?
El precio depende de la mina, ya que los costos de operación pueden variar. Para nosotros un precio aceptable debería estar cercano a los US$60 la tonelada. Reitero que mantendremos los niveles de producción, incluso podríamos llegar a las 34 millones de toneladas.
¿Cuál es la observación del sector con respecto al cálculo de la regalía?
Se está aplicando de manera equivocada una fórmula con base en el precio interno del carbón y no con base en el precio de exportación.
Esto lleva a que se pague una regalía más alta de lo que debería ser. La tarifa de ese carbón interno, por su poder calorífico, es más alta y se toma como referencia. Esto afecta la caja, más cuando estamos iniciando un nuevo proyecto de producción.
Otra de las observaciones es con respecto al costo de exportación.
Con la forma que ha ido migrando el carbón colombiano a otras partes del mundo, se sigue utilizando el índice para establecer el cálculo de la regalía con base en el índice del norte de Europa (API2), y un flete que en su momento era rentable porque la mayor parte de la producción iba a ese continente.
Pero hoy los mercados son otros, y la comparación con respecto al precio y el flete no es competitiva frente a carbones que se producen en Suráfrica, Rusia o Australia, países que están cerca a Asia.
Tomado de: Portafolio «‘Tenemos los clientes para mantener la actual producción de carbón'» Portafolio (6 de Septiembre del 2020) Recuperado de: https://www.portafolio.co/economia/tenemos-los-clientes-para-mantener-la-actual-produccion-de-carbon-544333
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