En tres años, la administración ha entregado seis nuevos centros educativos, de los 30 que prometió. Aunque este año espera inaugurar siete más, el resto quedarán en diseño. La gestión predial, el lío de siempre.
En estos tres años la Alcaldía ha entregado 15 colegios reconstruidos y apenas ha inaugurado seis en localidades como Bosa, Ciudad Bolívar, Suba y Fontibón.
Construir nueva infraestructura educativa ha sido una de las principales preocupaciones de las últimas administraciones, ya que el déficit alcanza los 8.600 cupos en localidades como Bosa, Usme, Suba, Engativá, Kennedy y Ciudad Bolívar. No obstante, mejorar la calidad es el reto mayor. Según la encuesta Bogotá Cómo Vamos, los colegios públicos hoy siguen obteniendo resultados medios y bajos en las pruebas Saber.
Cambiar este panorama no ha sido fácil. En materia de infraestructura, por ejemplo, a pesar de que una de las principales promesas de la administración de Enrique Peñalosa fue dejar treinta colegios nuevos en la ciudad y reconstruir 32 para ampliar la cobertura, pasará como otro alcalde que no cumplirá sus propias metas.
En estos tres años la Alcaldía ha entregado 15 colegios reconstruidos y apenas ha inaugurado seis en localidades como Bosa, Ciudad Bolívar, Suba y Fontibón. Si bien, hay remodelaciones contratadas; 16 reconstrucciones en marcha (cuatro terminarán el próximo año) y siete colegios nuevos en obra (que esperan inaugurar este año), el tiempo ya no les alcanzará para más. Según la Secretaría de Educación, el resto quedará en diseño, con lo que su desarrollo estará en otras manos dependiendo de la voluntad del próximo alcalde.
En este punto es clave decir que cubrir el déficit en infraestructura educativa en la ciudad parece no haber sido falta de gestión. Todas las administraciones se han visto enfrentadas al mismo tropiezo: conseguir los predios para las obras. La anterior Alcaldía, por ejemplo, pudo conseguir apenas siete lotes, en los cuales dejó tres colegios en construcción. La actual, según Adriana María González, subsecretaria de Acceso y Permanencia de Educación, pese a haber identificado 300 áreas, solo el 10 % fueron viables técnicamente.
Este problema, según la Secretaría de Educación, se debe a que, en muchos casos, “la adquisición del suelo depende de condiciones externas, tales como la escasa disponibilidad de predios en las zonas de crecimiento poblacional; el desarrollo de proyectos de vivienda VIS y VIP, que demanda mayor disponibilidad de suelo para la construcción de equipamientos educativos y las normas de ordenamiento territorial”.
Aunque la administración trató de sortear esta dificultad acudiendo a diferentes estrategias como la firma de acuerdos interadministrativos para la compra y la sesión de los lotes, no los alcanzó a conseguir todos. Hoy todavía falta espacio para seis de los treinta colegios nuevos propuestos, por lo que continúan en las tareas de la gestión predial.
Cómo última medida, se expidió el decreto 052 de 2019, el cual modificó el Plan Maestro de Equipamientos Educativos, para permitir la construcción de colegios de mayor altura, en predios pequeños. Si bien esto facilitará la búsqueda de nuevos terrenos, seguro generará choques con la comunidad, como ocurrió con el colegio Techo, en Kennedy, donde los vecinos rechazaron su construcción y fue un juez el que tuvo que dirimir el conflicto, dando luz verde a la obra.
Aunque, gracias a esto, las próximas administraciones contarán con una herramienta adicional para tratar de resolver el cuello de botella que ha impedido el crecimiento de la infraestructura educativa en la ciudad y cubrir el déficit, los expertos señalan que de nada servirá seguir construyendo si no se concentran en el reto principal: mejorar la calidad y estandarizar la jornada única, que en la actual administración solo llegó al 14 % de los centros educativos públicos.
Para lograrlo, el acceso a más recursos tecnológicos y a la información serán fundamentales. Así opina Andrés Murillo, rector del Colegio Moderno John Dewey, quien aseguró en su momento a este medio que esto, sumado al fortalecimiento del bilingüismo, es primordial para aprovechar todo el esfuerzo que se viene haciendo por renovar y construir nuevos colegios.
Aunque es claro que la actual administración (como la pasada) no cumplirá todas sus metas en infraesructura educativa, con la gestión predial, presupuestal, las normas y los diseños que dejará, seguramente el próximo alcalde tendrá suficientes insumos para cumplir y entrgar, ahora sí, la tarea de que la ciudad se ponga al día en la materia.
Fuente: www.elespectador.com
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