Desde el departamento de Casanare, región de la Orinoquía colombiana, el jefe de Estado enfatizó en la necesidad de contrarrestar los impactos del evento climático que ya afecta a más de 300 municipios del país.
Lo que tenemos que hacer todos los días es adaptarnos como sociedad y hay una parte de responsabilidad que tenemos todos, expresó.
Aseguró que desde el gobierno nacional se están monitoreando los embalses y el comportamiento de los ríos, pero insistió en que prevenir los efectos del Niño ‘es una tarea de todos’.
El Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (Ideam) de Colombia decretó la semana pasada el estado de alerta en 741 municipios por extremas condiciones climáticas.
En virtud de la irrupción del Niño en el país, las poblaciones de esos territorios están amenazadas de posibles incendios de la cobertura vegetal, en zonas de bosques, cultivos y pastos localizados.
En los últimos días se tuvieron que controlar fuegos de grandes proporciones en varias localidades del noroccidental departamento de Antioquia y del suroccidental departamento Valle del Cauca.
El Niño es un evento climático que se genera cada cierto número de años por el calentamiento del océano Pacífico.
En Colombia sus efectos son notables en el norte de la región Pacífica, los departamentos de la región Andina y en los de la región Caribe.
Tiende a generar intensas sequías y además de afectar el sector agropecuario, repercute negativamente en el transporte fluvial, en las zonas altas en la montaña y en los páramos.
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