Sin duda nuestro país requiere reformas importantes en educación, salud, seguridad y justicia para mejorar la calidad de vida de nuestros compatriotas y para sostener el desarrollo económico y social del Perú en el mediano y largo plazo. Si bien estos son retos difíciles y necesarios, lamentablemente no son los únicos. Hay otras tareas que son urgentes para garantizar los cimientos sobre los cuales va a poder seguir creciendo nuestro país. Me refiero a obras de infraestructura que debemos hacer (o gestionar que se hagan a través de inversión privada o APP) a fin de que podamos tener las bases para que nuestra economía pueda crecer; para que las oportunidades puedan llegar a las comunidades en las diversas geografías de nuestro país; y para que el Estado pueda atender a los peruanos a lo largo y ancho de nuestro territorio. Considero que entre las más importantes obras de infraestructura que debemos construir en los próximos tres años están las siguientes:
1. Asfaltar las carreteras de penetración alternas a la Carretera Central. Dos de las más importantes son: i) Oyón-Yanahuanca-Ambo (con ampliación a Cerro de Pasco) y ii) Lima-Canta-Huayllay. Actualmente la Carretera Central está saturada, no pudiendo atender más comercio entre la sierra central y Lima. La Carretera Central es la vía principal por la cual la capital y la sierra central se aprovisionan mutuamente de alimentos (muchos de ellos perecibles). El estado actual de la misma no solo hace más caros los alimentos (por exceso de tiempo de transporte y por mercadería malograda en camino), sino que representa un gran riesgo para millones de personas, pues podría quedar inoperativa por alguna razón.
2. Asegurar la pronta construcción de la segunda pista y terminal del aeropuerto Jorge Chávez y las vías de acceso (Av. Santa Rosa). El aeropuerto de Lima está ya saturado y no podrá recibir los casi 30 millones de pasajeros (tanto nacionales como internacionales) que se esperan para el 2026 y menos ser el aeropuerto ‘hub’ de Latinoamérica si no se hace la segunda pista y nuevo terminal, así como un mejor acceso vial. El aeropuerto de Lima no es solo una vía vital para la industria del turismo (nacional y extranjera), es también el punto neurálgico para la competitividad y conectividad del país, incluyendo la atención de emergencias.
3. Terminar las obras de los proyectos de irrigación Chavimochic III (63.000 hectáreas nuevas de cultivo y 150.000 puestos de trabajo nuevos) y Majes-Siguas II (40.000 hectáreas nuevas de cultivo y otros 150.000 puestos de trabajo nuevos) y poner en valor las tierras a ser irrigadas por dichos proyectos. Esto permitirá ampliar el círculo virtuoso que ha venido generando la agro exportación en las últimas décadas, incluyendo la generación de puestos de trabajo, así como la reducción de la pobreza.
4. Acelerar el proyecto de construcción de la línea 2 del metro de Lima (si parte se puede hacer superficial, con ello disminuyendo la inversión, mejor) y lanzar la iniciativa para la línea 3 (y línea 4, si fuera posible). Se proyecta que la línea 2 transportará 1,2 millones de pasajeros al día y ahorrará 1,8 millones de hora-hombre/día que hoy se pierden con el tráfico (un costo equivalente a S/5.000 millones/año). Adicionalmente tendrá el efecto de mejorar el tránsito vehicular de la ciudad, reducir el consumo de hidrocarburos y con ello la contaminación ambiental.
5. Completar el diseño y lanzar la licitación para la construcción de un anillo vial que circunvale la ciudad de Lima, desde Ventanilla hasta Lurín (hoy planificado solo en su parte norte, hasta la Carretera Central). La construcción de la parte norte se estima que ahorrará más de 50.000 horas-hombre/día que hoy pierden los limeños, mejorando con ello la calidad de vida, así como la productividad de las personas.
6. Licitar el asfaltado de los tramos faltantes de las carreteras longitudinales de la sierra y de la selva. Esto terminará por conectar por carretera todas las ciudades importantes de nuestro país (excepto Iquitos), mejorando enormemente el comercio, el turismo, así como la capacidad del Estado de llegar y servir a los ciudadanos de nuestra sierra y selva. En el caso de la longitudinal de la selva (antes carretera Fernando Belaunde Terry), hará posible que el valle agrícola más grande de nuestro país (valle del Huallaga) se integre a los mercados del país (con su producción de arroz, yuca, café y otros) y a la agroexportación.
7. Redoblar esfuerzos para acelerar las inversiones que forman parte de la reconstrucción del norte. No se trata de uno o dos proyectos, sino de decenas de proyectos grandes y cientos de pequeños. Sin embargo, los principales están relacionados con la reconstrucción de carreteras, reconstrucción o reemplazo de puentes, afianzamiento de defensas ribereñas y la mejora del reservorio de Poechos (Piura) que, a su vez, permitirá irrigar 20.000 nuevas hectáreas entre Piura y Sullana.
Cuando se logre concretar estos proyectos de infraestructura, su impacto en la economía será enorme, tanto por su efecto en la reducción de gastos logísticos (mayor competitividad) y en horas-hombre perdidas (mayor productividad y calidad de vida), como por su efecto multiplicador sobre la inversión. Esto a su vez tendrá un impacto positivo sobre la creación de puestos de trabajo y de mayores pagos de impuestos, generándose un círculo virtuoso. No me cabe duda de que con ello podremos retomar la senda de crecimiento económico y reducción de la pobreza que todos deseamos.
Fuente: elcomercio.pe
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