Las exigencias a las grandes industrias mineras no son pocas. Este es un sector que está regulado y vigilado por más de una decena de actores, y por lo tanto sus posibilidades de cometer errores deben ser mínimas. La pequeña minería no se salva de esta situación, pero tiene que lidiar con un desafío más grande: operar de manera responsable y sostenible. Marcin Piersiak, director ejecutivo de la Alianza por la Minería Responsable, explicó a HDM lo que necesita este sector para avanzar.
¿Cuáles son las principales acciones de la Alianza por la Minería Responsable?
Tratamos de mirar de manera holística la problemática, partiendo desde la comprensión de un territorio, pues dependiendo del contexto las acciones deben ser diferentes. Desarrollamos un estándar de mejores prácticas diseñado que da unos incentivos interesantes a los mineros que logran cumplir con esas buenas prácticas. Además, con un equipo técnico apoyamos a los mineros para mejorar las prácticas ambientales, organizativas, mejorar las tecnologías, con el fin de que se vuelvan pyme mineras sostenibles y responsables.
¿Quiénes son sus aliados en este proceso?
Tratamos de conectar con las instituciones locales y otros actores para llevar las lecciones aprendidas a escenarios nacionales, conectar con los ministerios, instituciones privadas, compradores a nivel nacional e internacional. Participamos en el Foro de Minerales responsables de la OCDE y en el tratado Minamata tratando de llevar las voces de pequeños mineros que normalmente no tienen mucho acceso a este tipo de espacios políticos.
¿Qué opina sobre el programa de Coexistencia Minera de Minesa?
Es una buena solución en un contexto complejo como el de Santander. Una de las principales problemáticas para la formalización minera es el acceso a titulación, pues el país ya está titulado frente a la ley, y en muchos casos la única posibilidad de juntar a los mineros tradicionales con los titulares es tratar de encontrar esta manera de colaborar.
El programa tiene unas posibilidades muy interesantes porque la gran minería tiene la tecnología y el ‘know how’ que se pueden utilizar en pro de los pequeños mineros, siempre y cuando estos acuerdos sean muy transparentes y justos.
¿Cómo conectar a pequeños y grandes mineros que comparten una zona?
Los mineros son la comunidad, normalmente. El tema de aceptación social de la minería industrial tiene que pasar por un diálogo porque de cierta manera todos compiten por el recurso. Esta discusión se tiene que dar para mantener la paz y buenas relaciones.
Muchas veces se piensa en los pequeños y los grandes mineros como dos sectores diferentes y así no es, a fin de cuentas todos se dedican a lo mismo. Además, muchas veces se encuentran con las mismas problemáticas frente a lo político, respecto a trámites o leyes que están diseñadas sin tener en cuenta las realidades de los territorios.
Si estas relaciones se pudieran llevar de manera más concertada y abierta, tejiendo puentes para generar confianza, el sector minero como uno solo podría tener mayor peso de conversación frente a las autoridades, la industria, e incluso frente a los compradores.
¿El mercado le está dando el valor necesario a los minerales extraídos de forma legal y responsable?
Existe un mercado muy importante por el oro y otros minerales extraídos de forma responsable. Estamos empezando a explotar este potencial para algunos pequeños mineros pero creemos que también hay oportunidad en el mercado para la gran minería que trabaja de la mano con la pequeña para demostrar al mundo este enfoque de trabajo conjunto.
¿Qué opina de la implementación del Convenio Minamata?
Estamos trabajando con una planta móvil de procesamiento gravimétrica. Vamos a iniciar en el departamento del Cauca a hacer una prueba con las comunidades. Es una planta que estamos desarrollando con las seleccionadoras de mineral o chatarreras, como se llaman popularmente. Hemos logrado que estas empresas se registren como mineras de subsistencia, saquen cuentas bancarias, hagan su primera venta formal con un precio 15% o 20% mayor del precio local.
Sin embargo, estaban utilizando en sus plantas locales componentes como mercurio y en este momento todo el proceso está detenido por los tiempos de la ley del Mercurio, que nosotros consideramos un poco crueles porque realmente no se ha dado el suficiente tiempo y recursos a los pequeños mineros para hacer esta transición.
El dato:
205 mineros informales y 62 tradicionales hacen parte Coexistencia Minera, el programa que busca que en 22 hectáreas de títulos de propiedad de la empresa, con recursos geológicos ya identificados, ellos puedan desarrollar su plan de explotación, promoviendo la formalización y el empleo digno.
Redacción HDM.
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