Cuba trabaja en la construcción de una planta capaz de generar 60 megawatts (MW) diarios de electricidad por medio de la biomasa, uno de los tantos ejemplos que muestran el esfuerzo de la nación caribeña para introducir fuentes renovables de energías.
En declaraciones exclusivas a Prensa Latina, el gerente de logística y comercial de la compañía constructora Biopower S.A, Armando Urquiola, se conoció que la bioeléctrica, que se edifica en el complejo agroindustrial Ciro Redondo en la central Ciego de Ávila, podría estar lista para mediados del año próximo.
De acuerdo con Urquiola, el proyecto no estuvo exento de escollos pero, tras un lapso de cinco años necesario para garantizar la logística, ya el proyecto está en condiciones de suministrar la materia prima que precisa la bioeléctrica, estimada en mil 500 toneladas diarias de biomasa.
Para poder emplear plantas invasoras como el marabú y convertirlas en electricidad, fue necesario diseñar máquinas específicas que Biopower (empresa mixta con participación británica, china y cubana) importaron de Alemania, fundamentalmente, sostuvo el funcionario.
El equipamiento, que ya se empleó en Camagüey y pudo suministrar biomasa de marabú al central del Complejo Agroindustrial Ignacio Agramonte para la refinación de azúcar, es capaz de dejar el campo listo para surcar y sembrar.
A juicio del directivo, tres toneladas de biomasa de bagazo para la conversión en electricidad ahorran el costo de una tonelada de fuel oil al país.
Urquiola remarcó, además, los beneficios desprendidos del estudio asociado al empleo de esta forma de generación.
Con la primera tecnología de las que dispusimos, dejábamos una tierra sin marabú pero que no se podía sembrar, abundó Urquiola. Entonces, para dejar la tierra lo más limpia posible, nos dimos a la tarea de diseñar unos rotores capaces también de aprovechar la biomasa proveniente de las raíces.
Este proceso, además de fertilizar los campos y ahorrar combustible, aumenta los niveles de materia prima de la que se servirá la bioeléctrica, añadió el funcionario.
A juicio de Urquiola, poder disponer de esta tecnología también favorece el suministro de biomasa a los centrales azucareros que la necesiten cuando la bioeléctrica de la Ciro Redondo esté generando electricidad con el bagazo resultante de su actividad.
Una vez que terminemos esta bioeléctrica, prevemos la instalación de otra planta en el central azucarero Mario Muñoz en la occidental Matanzas de las mismas dimensiones y de similar capacidad de generación, abundó.
Dentro de la matriz energética del país, compuesto también por las contribuciones de la energía eólica y solar, la biomasa deberá representar el 14 por ciento del 24 que alcanzarán las energías renovables hasta el año 2030 en Cuba, según han declarado las autoridades del ramo.
Fuente: cubadebate.cu
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