Comercializadoras y proveedores del sector minero podrían ser parte del estándar EITI

El estándar de transparencia EITI fue uno de los temas clave del XIV Congreso Minero de la ANDI. Si bien, en solo cinco años Colombia consiguió cumplir con los requisitos de este sistema y obtener una calificación alta, los desafíos siguen siendo grandes, teniendo en cuenta que los territorios y otros eslabones de la cadena productiva del sector minero podrían tener un rol importante en este proceso. Patricia Gamba, coordinadora nacional de EITI, y Lorena Roa, gerente del Informe EITI Colombia, hablaron con HDM sobre este proceso.

Colombia logró la segunda calificación más alta otorgada por EITI, ¿cómo fue el proceso para lograrlo y cuáles fueron las metas alcanzadas?

Lorena: Colombia, aparte de conformar una mesa tripartita, logró que se crear una mesa de sociedad civil, en la cual hay más de 30 organizaciones que constantemente se reúnen y son representadas ante el Comité Tripartito Nacional (CTN), que es como nuestra junta directiva, ahí ellos dan la visión de hacia dónde quieren que vaya el EITI.

Sacamos el primer informe para vigencia 2013 en el 2015, reunimos una información del sector que no estaba disponible, empezamos a mejorar los sistemas de información de las agencias y de las empresas frente al reporte de los pagos. En el primer informe contamos solo con la participación de 30 empresas y en este último ya tenemos 34, y contamos con una materialidad cercana al 90%, eso quiere decir que están las empresas más representativas de Colombia que pagan impuestos y regalías.

¿Cuáles podrían ser los retos con el 10% restante?

Patricia: Faltan empresas que no aportan mucho individualmente. Lo que estamos viendo es que el estándar debe estar a la medida de esas empresas pequeñas y medianas porque sus sistemas contables, su forma de registro, son totalmente diferentes. Tal vez, si nuestro CTN lo ve posible se incluirían empresas del sector del encadenamiento como comercializadoras y proveeduría, con el fin de dar más alcance a las empresas que tienen títulos y contratos con el Estado.

¿Pertenecer al EITI debería ser una iniciativa obligatoria o voluntaria?

L: Esta es una iniciativa 100% voluntaria, las empresas no están recibiendo nada a cambio, sino la oportunidad de transparentar y mostrar que están haciendo una gestión bien hecha, que están pagando impuestos y generando unas regalías que son distribuidas al territorio a través de diferentes mecanismos que tiene el Gobierno.

Ustedes están apostando por llevar el EITI a los territorios, ¿cómo planean hacerlo?

P: Nuestros retos en EITI son llegar a territorio y seguir ahondando en las comunicaciones. El tema territorial creo que es lo más fundamental en este momento. Colombia es un país donde no se concibe una conversación homogénea con todos los territorios del país, todos tienen una idiosincrasia y cultura que difiere mucho, eso nos implica un reto no solo en cómo vamos a llevar el informe sino cómo hacemos que en el contexto de esa comunidad se apropie el mensaje que estamos difundiendo. Por eso, el reto es que se creen los CTN locales pero originados por el mismo interés de los actores que están en territorio. Estamos imaginándonos que pudiéramos tener unos espejos locales, donde la empresa, las comunidades y las autoridades locales empiecen a ser gestores de este proceso.

¿Cómo ha cambiado la conversación con los territorios?

L: En este momento vamos a los territorios para hacer una gestión del conocimiento. Vimos que se tiene que cambiar la forma de abordar y la conversación tiene que ser distinta. Inicialmente llegamos con un enfoque técnico a explicar cómo funcionaba el informe y el tema de la conciliación de los pagos. Eso es algo que de pronto a la gente le interesa pero no entiende. Nos dimos cuenta que había que reforzar el conocimiento de la gente sobre la industria y a partir de ahí, seguir trabajando en el diálogo. Así la gente empieza a entender que hay responsabilidades repartidas y hay una responsabilidad local que es muy importante, pero que los alcaldes muchas veces, por estrategia, la diluyen un poco en los otros actores de la cadena.

¿Las empresas están más dispuestas a reportar sus cifras?

L: Cada vez las empresas pierden más el miedo a reportar la información. La gente a veces cree que las empresas no hacen más inversión de la que deberían hacer y uno se sorprende de que realmente hay inversiones grandes, hay también pagos subnacionales que nos están reportando voluntariamente y quiere decir que las alcaldías y gobiernos locales están recibiendo plata por esta industria de manera directa que también debe ser objeto de seguimiento.

P: EITI se vuelve una buena herramienta si ellos quieren reflejar qué pagos están haciendo en materia ambiental, social, de empleos. EITI no sale a defender a las empresas en ningún territorio, solo da la información que se tiene, con unos datos de calidad que han sido verificados.

¿Qué ventajas le da el estándar EITI a las empresas mineras en materia de inversión?

P: Este estándar corrige las distorsiones, modera el diálogo, te invita a estar en una conversación consensuada con tres partes que tienen sus intereses y los tres son legítimos. La reputación además atrae mucha inversión, confianza, permisos para operar en territorio.

L: Es una iniciativa en la que gana un poco todo el mundo. Hay mucha información que como gobierno desconocíamos y la sociedad civil quiere conocer y poco a poco en esos diálogos hemos podido conocer los intereses de la sociedad civil de relacionamiento y en esos temas hemos podido llegar a consensos y generar otros tipos de diálogos, identificar temas que como gobierno no estábamos del todo coordinados. Para las empresas es un tema reputacional y de relacionamiento.

Melisa Echeverri
HDM