Colombia: energía renovable, sigue en espera

¿Hacia dónde va la generación de energía no convencional de Colombia? Si bien el Ministerio de Minas y Energía prevé que sea una opción viable para el crecimiento de la matriz nacional, no cree que debería concebirse como la herramienta más importante para copar la demanda en los próximos años. “Las fuentes tradicionales siguen siendo las generadora más relevantes”, dijo Alonso Cardona, viceministro de Energía en el Foro Energético de Asociación Nacional de Empresas Generadoras (Andeg).

Aún así, el país vive una serie de proyectos empresariales que parecen demostrar que el cambio está a la vuelta de la esquina. Caso Ecopetrol, que desarrollará un parque solar con la capacidad de generar energía para 6 mil viviendas. O la confirmación del objetivo que tiene Coca Cola Femsa para que, junto a EPM, se haga el proceso de transformación con la idea de que las plantas que tiene la marca en el país funcionen con energías no convencionales.

“Aún no hay seguridad por algunos hechos coyunturales que parecen dificultar ese proceso de crecimiento de energía renovable en el país. El caso Hidroituango, que empuja la necesidad de realizar una nueva subasta y, una falta de claridad en las regulaciones, no dejan definir con certeza qué es lo que seguirá”, afirmó Carlos Terrassa, socio de Sumatoria (consultora empresarial con transacciones por 19 mil millones de dólares).

En esa disyuntiva aparecen las generadoras de energía, quienes declaran no saber a ciencia cierta lo que pueda ocurrir con el auge de este tipo de planes. “Primero hay que poner la casa en orden y desde allí partir para saber cómo vamos a crecer”, dijo Alejandro Castañeda, presidente de Andeg.

Castañeda agregó que mientras el país se interesa en la potencialización de energías renovables, sin quitar la mirada sobre lo que ocurra con Hidroituango o una posible sequía, el objetivo debe seguir siendo: cumplir con los acuerdos medioambientales como el COP21 (que se refiere a la reducción del 20 % de las emisiones de efecto invernadero a 2030).

“Lo que veo es que los países que están haciendo la transformación en sus fuentes de energía tienden a sufrir los mismos problemas. Se necesita una serie de variables para que el proceso pueda darse. La flexibilidad, por ejemplo, es fundamental; además de la infraestructura para la transmisión con la capacidad de conectar grandes distancias”, apuntó John Moura, director de evaluación de rentabilidad y análisis de sistemas en Nerc (consultora empresarial de Estados Unidos, con 12 años de experiencia).

La visión del Gobierno parece ser menos futurista y más centrada en la necesidad de impulsar una reducción del consumo desde los usuarios.

Pues ronda en la agenda pública la idea de no correr riesgos en la escasez de suministro del servicio o los posibles golpes financieros para las empresas generadoras de energía en Colombia, ante la aparición de un nuevo Fenómeno de El Niño, que para el que tuvo lugar en 2016 (considerado uno de los más críticos), y le pasó una factura de 1,6 billones de pesos al Gobierno, según la Unidad de Gestión de Riesgo y Desastres .

Fuentes: elcolombiano.com