En toda operación minera cada gota de agua hace parte de la toma de decisiones para el proceso de producción. Y en un desarrollo de gestión integral en torno a este líquido vital se contemplan tres ejes: su uso eficiente en la actividad, enfoque de cuencas para su valoración, y participación en soluciones para su acceso.
Sobre estas premisas, el Cerrejón traza su operación en una estrategia ambientalmente sostenible, donde la mayor cantidad de agua utilizada es para el control de polvo, tanto en el proceso de minería como en el riego de vías.
Voceros de la compañía reiteran que esta agua es industrial, no apta para el consumo humano, animal o para el riego de cultivos.Además, que durante el 2017 el 91,4% del total del líquido consumido en la mina provino de los mantos de carbón y escorrentías de lluvia.
Así mismo, indican que del caudal autorizado para captar agua de la cuenca del río Ranchería, el sector agrícola tiene autorizado el 86,5%, el pecuario el 6% y el doméstico el 5,7%.
A esto se suma que la concesión otorgada a la minería de carbón que desarrolla Cerrejón, en la cuenca del citado río, corresponde al 1,8% del total permitido. Y de este volumen, el complejo utilizó en el 2017 el 13% del volumen total autorizado.
En los últimos siete años, la empresa minera ha reducido la captación y uso del agua de alta calidad en un 69%. Pero el propósito es reemplazarla por agua de baja calidad donde sea factible.
Los complejos mineros además hacen un control estricto sobre las fuentes hídricas que se ubican cerca a la operación con el fin de que las tareas mismas de la producción no alteren todo el ecosistema que se encuentre alrededor de los cuerpos de agua.
En el caso del río Ranchería, en su paso por el proyecto minero el Cerrejón, cuenta con tres estaciones de monitoreo del caudal del Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (Ideam), ubicados antes, durante y después de las operaciones.
Voceros aseguran que así se demuestra con datos que el río incrementa su caudal hasta en un 31% a su paso por el área de la mina.
Cabe recordar que en La Guajira es difícil el acceso al agua, especialmente por sus condiciones climáticas secas, pocas lluvias y elevada evaporación.
Y en la Alta Guajira, donde habitan la mayoría de las comunidades indígenas, los valores de precipitación no sobrepasan los 500 milímetros de agua al año y los niveles de evaporación duplican los de la precipitación.
Por esta razón, Cerrejón y su Fundación adelantan un modelo de manejo integrado de cuencas para la conservación de las fuentes hídricas de los arroyos El Pasito, Majagüita, Paladines, Bruno y Pupurema.
Los proyectos cuentan con el apoyo de diversas entidades y hoy en día participan 1.230 personas pertenecientes a 240 familias de siete comunidades de Albania.
De igual manera, el complejo minero trabaja en el desarrollo de iniciativas de corto, mediano y largo plazo que permitan promover el acceso al agua de las comunidades vecinas a su operación, basando las soluciones en las características del territorio, sus usos y costumbres, así como sus necesidades.
De esta forma, desde el 2014 Cerrejón ha desarrollado 23 soluciones de abastecimiento y almacenamiento de agua para el mejoramiento de las condiciones de acceso al agua, en un suministro continuo, suficiente y de calidad, beneficiando 21 comunidades y población del casco urbano de Uribia, para un total de 10.000 personas afectadas.
Finalmente, Cerrejón y su Fundación promovieron la conformación de 14 comités para la administración integral del agua y que están ubicadas en los municipios de Manaure, Maicao, Uribia y Riohacha.
Fuente: portafolio.co
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