Los defensores de lo etéreo dirían que cualquier lugar es bueno para aprender alegando incluso, que no importa el espacio físico para el desarrollo del conocimiento pues este último hace parte del mundo “inmaterial” por lo que el contexto físico resulta secundario y hasta irrelevante.
En el fondo, no hay duda que el sello formativo de las distintas instituciones de educación supera, por mucho, cualquier necesidad de infraestructura física y/o tecnológica, pero la evidencia real resulta también contundente, por cuanto, disponer con un hábitat adecuado de aprendizaje es completamente determinante e íntimamente correlacionado con los resultados académicos y la calidad de la educación.
Para los estudiosos de la educación resultaría muy difícil demostrar que no existe correlación alguna entre infraestructura educativa adecuada y el acceso, asistencia e interés de una comunidad educativa por el aprendizaje, pues las inversiones adecuadas y pertinentes en infraestructura educativa tienen un papel fundamental no solo para la calidad, sino incluso para el acceso, permanencia, diversidad e inclusión de los beneficiarios del sistema educativo.
Una infraestructura (física y tecnológica) de calidad supone desarrollar mejoramientos concretos en las siguientes dimensiones:
No es extraño entonces comprender que las condiciones de infraestructura educativa tienen una relación tan determinante con la calidad educativa como la que tienen otros escenarios como el ambiente e historia familiar, la motivación, los valores institucionales, la calidad humana de los docentes, el acceso físico y tecnológico a los libros, entre otros.
Pero este no es un tema de percepciones o impresiones, es un tema de evidencias. La bibliografía especializada indica que la inversión adecuada en infraestructura educativa, impacta positivamente en al menos tres dimensiones de la calidad educativa:
Más allá de la intuición o la percepción, hay evidencia objetiva que demuestra una relación directamente proporcional entre infraestructura educativa y la calidad de la educación -particularmente en los escenarios de educación superior- por lo que las inversiones inteligentes, innovadoras y ambiciosas en la infraestructura, definitivamente contribuyen a la consolidación de las condiciones de calidad de la educación y, por ende, el desempeño competitivo de las sociedades.
Por todas las razones expuestas, no puedo más que celebrar la iniciativa del Gobierno colombiano a través del Ministerio de Hacienda y Findeter que promueve el desarrollo, restauración, actualización y construcción de infraestructura para entidades del sector educativo a través de recursos con tasa compensada y condiciones especiales para darle un impulso al sector educativo del país y de paso dinamizar la economía a través del desarrollo de proyectos de gran envergadura.
Con la línea de tasa compensada Infraestructura Sostenible, se han aprobado significativos recursos con subsidio a la tasa de interés, para la ampliación, fortalecimiento y desarrollo de infraestructuras educativas, en instituciones presentes en todo el territorio nacional, que han aprovechado las más importantes instituciones educativas del país.
Debo confesar que, después de haber sido partícipe de distintas iniciativas de este tipo en organizaciones que han accedido a estos recursos, no puedo menos que celebrar el compromiso y liderazgo de la Honorable Consiliatura, para lograr apoyos concretos en el desarrollo de ambiciosos proyectos de infraestructura de mi querida Universidad del Rosario. Recientemente dedicados a desarrollar un proyecto que, por diversas razones, es especialmente cercano a mis afectos y a los recuerdos más profundos y significativos de mi vida: el proyecto ‘Nueva Quinta de Mutis’.
Es este, el más reciente proyecto de infraestructura que transformará la Universidad del Rosario y un importante sector urbano en la capital. Este novedoso plan proyecta renovar el campus universitario con más de 25.000 metros cuadrados, que se distribuirán en laboratorios, modernas aulas de clase e innovadoras salas de estudio, con el valioso apoyo financiero de Findeter y el Ministerio de Hacienda por orden superior a $30.000 millones. ‘Nueva Quinta de Mutis’ mezclará bienestar, ciudadanía, docencia, ciencia y compromiso social, con el sello de sostenibilidad y responsabilidad con el medio ambiente, que evoca el pensamiento y la acción de grandes de nuestra historia como el Sabio José Celestino Mutis.
En esta sociedad de la competitividad y el conocimiento, hemos entendido que para optimizar las inversiones en educación superior es imprescindible que observemos el papel trascendental que juega la infraestructura que interactúa con las dimensiones sustantivas de la universidad: la docencia, la investigación y la proyección social, para poder acometer propuestas integrales que, en su conjunto, mejoren la calidad de la educación, y con ello, promuevan mayor acceso y equidad y así avanzar hacia la verdadera transformación de la sociedad.
Ninguna inversión resulta tan altamente remuneradora como aquella que se dedica a la formación del capital humano y, dentro de ella, al desarrollo de la infraestructura para la calidad de nuestra educación superior.
Fuente: dinero.com
Victor Hugo Malagón
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