Por Angela María Salazar
Hace cerca de 10 años la vida tomó una decisión por mí, inesperada y afortunada, me acercó a la minería, actividad por la que siento un profundo respeto y en la que tengo una fe infinita, creo sinceramente que la minería llevada a cabo de manera responsable puede transformar positivamente la economía de nuestro país y es por ese motivo que siento la obligación de salir en su defensa.
Yo que conozco esta industria por dentro, no quiero seguir callada, ni sentada en un rincón como si me sintiera avergonzada de trabajar en favor de la minería, mientras los enemigos de la misma no descansan en ningún momento. No sé si a ustedes les pasa como a mí, pero por lo menos una vez a la semana recibo un video o un meme en contra de la minería, en uno de ellos los actores más famosos de este país aparecen con voz temblorosa describiendo las desgracias que de acuerdo con el libreto que les entregaron, causa la “minería”, en otros aparecen imágenes del imponente páramo de Santurbán que según informa el video va a ser vendido a los árabes, en otro aparece Jorge Veloza cantándole muy inspirado, ya no a la cucharita, sino a las miserias de la minería.
En las reuniones sociales, algunos amigos y miembros de mi familia me consideran una persona no grata, puesto que, a su manera de ver, y los cito “defiendo los intereses de transnacionales que vienen a acabar con el agua” y ni qué decir de algunos ex – magistrados de nuestra Honorable Corte Constitucional y de muchos de los candidatos a la presidencia de la República, a los que he tenido la oportunidad de oír en distintos foros denigrando de la minería, lo cual estaría bien, si su discurso no estuviera lleno de lugares comunes, preconcepciones y premisas equivocadas que necesariamente los conducen a las conclusiones erradas.
Pienso que ha llegado el momento de hablar sobre qué es la minería, para qué sirve, qué ha hecho por las economías de otros países, qué papel ha jugado en nuestra historia, quién es el propietario del subsuelo, qué son las consultas populares y cuál es la relación de la minería con el agua, por solo citar algunos ejemplos.
Pienso que ha llegado el momento de sacar este tema del campo de la pasión, siempre tan volátil, y de conducirlo al lugar del que nunca debió haber salido, que es el de la razón.
Tomando en consideración lo anterior, solicité este espacio al Diario del Huila, que amablemente me dio la oportunidad de dirigirme a ustedes, una vez cada quince días para exponer mi visión sobre los temas arriba mencionados, espero que me acompañen con la mente abierta en todas las entregas, y si bien no espero que al final de las mismas todos se hayan convertido en amantes de la minería (ojalá haya muchos que sí), si espero que la próxima vez que se enfrenten al tema lo hagan libres de temor y con conocimiento sobre las verdaderas consecuencias que la minería trae sobre un territorio y una comunidad.
Fuente: diariodelhuila
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