Por Priscila Moreno, Gerente de Aminer (Asociación de Empresas Investigadoras, Extractoras, Transformadoras Minero-Metalúrgicas, Auxiliares y de Servicios)
El principal de todos ellos, que la Asociación de Empresas Investigadoras, Extractoras, Transformadoras Minero-Metalúrgicas, Auxiliares y de Servicios (Aminer) viene reclamando desde sus inicios, es conseguir que la minería metálica sea definitivamente una actividad económica tractora de primer nivel en nuestra región y sea considerada y percibida por la ciudadanía como un referente industrial.
Los propios datos relativos a socios de Aminer ya ayudan a dimensionar este aspecto, pues solo en el año 2016 procesaron 15 millones de toneladas de mineral, alcanzaron una facturación de 1.200 millones de euros y generaron 5.000 puestos de trabajo directos, 2.000 subcontratados y unos 15.000 indirectos.
A todo ello hay que añadir los 200 millones de euros que invirtieron las empresas mineras en sus explotaciones y que repercuten de forma muy favorable en nuestra Comunidad.
La minería es un sector que, sin duda, debe tener cabida en la sociedad actual. En primer lugar, por una razón obvia: necesitamos los recursos minerales para producir la infinidad de bienes de consumo presentes en las economías desarrolladas: Coches, teléfonos móviles, ordenadores, instalaciones eléctricas.
Todo está relacionado de alguna manera con la actividad minera y, por tanto, no tiene sentido que queramos disfrutar de todas esas comodidades y, al mismo tiempo, renegar de la industria a partir de la cual se originan. Pero, además, es una fuente de riqueza para las comunidades en las que existen proyectos en activo y así lo ha entendido el Gobierno andaluz, de manera que esta industria es ya considerada como un sector estratégico para el desarrollo de la región, con iniciativas específicas como la Estrategia Minera de Andalucía 2020 y el Pacto Andaluz por la Industria.
Desde el sector, en este caso desde su rama metálica, reconocemos esta labor de apoyo que ejerce la Administración hoy en día a favor de nuestra industria en respuesta a las buenas prácticas empleadas por las compañías mineras en el ejercicio de su actividad, invirtiendo en una innovación tecnológica constante, en economía circular, garantías medioambientales y su más que demostrado compromiso con el entorno y la sociedad, transmitiendo además a la ciudadanía la importancia de esta actividad.
Las empresas mineras administran sus recursos de una forma cada vez más eficiente, implementan nuevas iniciativas generadoras de riqueza, como el llamado turismo industrial, y procuran el bienestar social para los territorios donde operan, a través de actividades de responsabilidad social corporativa relacionadas con la formación, la empleabilidad, el medioambiente, la cultura, el deporte, la solidaridad y la conservación del patrimonio arqueológico, entre otras.
Tampoco podemos olvidar que la minería metálica no podría desarrollarse en la región sin la existencia de industria auxiliar, especialmente en las áreas más próximas a los yacimientos mineros, indispensable para el sector por su alto nivel de tecnificación y calidad de los servicios prestados.
Sin embargo, no debemos quedarnos aquí. La minería metálica requiere de una especial atención por parte de todas las Administraciones intervinientes en su actividad, ya que su potencial de crecimiento es realmente significativo, pues tenemos importantes recursos minerales que están todavía sin explotar, especialmente en la Faja Pirítica Ibérica, donde la investigación está permitiendo llegar a profundidades nunca antes alcanzadas.
En efecto, se estima que los recursos potenciales en yacimientos mineros en la Faja Pirítica pueden ser superiores a los 1.500 millones de toneladas. Y esto dice mucho de la etapa actual que está viviendo la minería metálica y sus posibilidades de futuro, ya que los nuevos yacimientos que se descubran a partir de las investigaciones en curso darán lugar a una mayor actividad minera. En este sentido, el sector requiere de una Administración que unifique y centralice el marco normativo de acuerdo con la realidad minera actual y dote de instrumentos eficaces y suficientes que propicien una intervención administrativa ágil, como la instauración de una regulación administrativa homogénea que garantice una mayor seguridad jurídica para las empresas y la reducción de la burocracia, aspectos esenciales para el fortalecimiento institucional de la actividad minera y la atracción de nuevas inversiones a Andalucía. En Aminer estamos plenamente comprometidos con el desarrollo de la minería metálica y estamos a disposición de las Administraciones para implementar todas las medidas que redunden en beneficio de una industria que, hoy por hoy, es estratégica.
Fuente: El economista
0 comments