Colombia: Hablemos de minería bien hecha

El enemigo no es la minería sino la ilegalidad. Las mafias desangran recursos, arrasan y contaminan.

Para algunos, no es posible hablar de minería bien hecha. Por eso plantean las exclusiones “minería o agua” o “agua o petróleo”. Pero, como en toda conversación, existen por lo menos dos visiones de un hecho. ¿Y si intentamos acercar los aparentes extremos?

De un lado, los más de 2.000 derivados del petróleo (del cepillo de dientes al esmalte de uñas, el gas de la estufa o el combustible del automóvil, entre otros) están presentes en nuestra vida diaria y lo estarán en tanto la humanidad no termine de desarrollar una alternativa energética a los hidrocarburos.

Y, de otro lado, hoy en día la minería y el sector de los hidrocarburos entregan ingresos a la Nación (impuestos y pago de regalías) por más de 13 billones de pesos al año. Recursos que se invierten en infraestructura, salud y educación, es decir, en atender necesidades sociales.

En los últimos 10 años el sector minero energético ha participado con 7,6 por ciento del PIB. Adicionalmente, las operaciones mineras formales representan empleo y manutención para un millón y medio de familias colombianas que perciben ingresos mensuales equivalentes a cuatro salarios mínimos promedio.

Empecemos a hablar acerca de cómo hacer la minería bien hecha. Que aporte al desarrollo del país, que proteja el medioambiente

La minería bien hecha paga. Ese es el ejemplo de la Cooperativa Agrominera de Íquira, Huila, que cuenta con Certificación FairMined por su producción sostenible de oro, combina minería con agricultura y en el entorno de la mina siembra café, plátano y yuca, entre otros. Ella logra un incentivo monetario con un sobreprecio superior a la oferta local de 4.000 dólares por cada kilo vendido gracias a su proceso de obtención de oro limpio.

A quienes hablan de “agua o minería” les podría hablar de personas como Norberto Arrieta. Tiene 70 años y la primera vez que vio su parcela en El Bagre, Antioquia, hace 10 años, era un arenal. Por años se hizo allí minería y la empresa que extrajo el oro lo contrató para que, con sueldo y asesoría, aprendiera a recuperar el suelo.

Hoy, además de una casa con cuatro cuartos, energía solar y un exitoso proyecto apícola que maneja su esposa, Gladis, la parcela de Norberto tiene árboles frutales y especies nativas que le devolvieron la vida a la tierra y atrajeron de nuevo la fauna. Una propuesta de 40 parcelas productivas con la que se cerró un proyecto minero que le está dando un nuevo uso al suelo en el bajo Cauca antioqueño.

El enemigo no es la minería, sino la ilegalidad. Las mafias asociadas desangran recursos, arrasan extensas áreas y contaminan suelos y ríos, sin olvidar las bandas criminales asociadas y la conflictividad social y lavado de activos que genera.

Hemos combatido sin tregua ese enemigo. Reportamos a diario a Fiscalía y Mindefensa cada caso que detectamos. Hemos hecho 9.937 visitas a igual número de proyectos. Prohibimos el uso de mercurio (no solo para minería, sino para todas las industrias), por ley desde hace 3 años, con metas para desincentivar su uso.

Y avanzamos en la reglamentación. Ahora, para identificar la trazabilidad en la comercialización de minerales y la aplicación de políticas diferenciales, establecimos el Registro Único de Comercializadores de Minerales (Rucom).

Paralelamente, definimos volúmenes máximos de producción de la minería de subsistencia, que, en el caso del oro, no debe superar los 420 gramos anuales, para separar actores ilegales que se hacen pasar por mineros artesanales, de los mineros que cumplen con las normas.

Actualmente cursa en el Congreso un proyecto de ley que busca perseguir la ilegalidad en explotación, beneficio, transporte y comercialización de minerales, y diferenciar minería bien hecha de explotación ilícita de minerales.

Empecemos a hablar acerca de cómo hacer la minería bien hecha. Que aporte al desarrollo del país, que proteja el medioambiente y que le apueste a la consolidación de la paz.

Fuente: m.eltiempo.com