Las compañías mineras son importantes articuladores e impulsores de varias iniciativas en los municipios donde realizan sus operaciones.
Así como está ocurriendo en otras regiones del país, en la zona norte de Colombia el sector minero se erige como gran articulador e impulsor del emprendimiento, en especial en lo que hace referencia a proyectos de tipo agroindustrial que preservan la vocación agrícola de los municipios, al tiempo que diversifican la economía de esos territorios.
Igualmente y según la FAO, Colombia es uno de los países con mayor disponibilidad de tierras para uso agrícola en el mundo, sin afectar el área de bosque natural. Además, de acuerdo con el Tercer Censo Nacional Agropecuario del Dane, de 2014, para el 2013 el país tenía 42,3 millones de hectáreas en uso agropecuario, de estas 19,8 por ciento para uso agrícola, mientras que el 80 por ciento eran usadas en pastos y el 0,2 restante en infraestructura agropecuaria.
El informe señala que la cadena agroindustrial involucra muchos sectores económicos de forma directa e indirecta y que, por lo tanto, “para aprovechar estas oportunidades se debe avanzar de manera conjunta en el marco de un trabajo interinstitucional público – privado, que fomente modelos de producción eficientes y articulados entre todos los eslabones de la cadena, para fortalecer aspectos positivos y superar las brechas existentes”.
Ejemplos claros de esa labor que está llevando desarrollo a las poblaciones y mejores oportunidades a sus habitantes se evidencian en el Sur de Córdoba y en departamentos como el Cesar y La Guajira, donde la industria minera colombiana, respectivamente, viene trabajando con las comunidades en esos propósitos.
En el primer caso, Cerro Matoso adelanta un proyecto de pescas productivas con el que busca brindar beneficios a unas 130 familias de la comunidad de Centro América (corregimiento de Puerto Libertador), logrando la siembra y levante de alevinos en 12 estanques comunitarios, los cuales serán usados para la venta y para el consumo de los habitantes.
La iniciativa, que comenzó en junio de 2018 y por la cual se cultivaron peces de esa región (20 mil cachamas, 20 mil bocachicos y 2 mil doradas), ya ha hecho posible el consumo y venta, y en la actualidad se encuentran en etapa de crecimiento para comercialización. Aquí el objetivo es lograr el autosostenimiento en el mediano y largo plazo. Este proyecto, se realizó gracias a los acuerdos con el cabildo indígena de esa comunidad, en el marco de la consulta previa del proyecto de Expansión Minera, La Esmeralda.
Por otra parte, Prodeco lleva a cabo el proyecto Granja Piscícola, emprendido junto con la Gobernación del Cesar y la alcaldía del municipio de El Paso, la cual busca contribuir con generación de ingresos, empleabilidad y seguridad alimentaria para 36 familias de pescadores artesanales de esta población, mediante la producción de tilapia roja en estanques de geomembranas instalados.
“Con la participación de pescadores pertenecientes a la Asociación de Productores Agropecuarios Puente Seco – Asopraps, se han sembrado a la fecha más de 125.000 alevinos, alcanzando una producción de 6 toneladas de pescado mensual, las cuales son comercializadas en el corredor minero del Cesar desde el mes de junio del año en curso. Este es un ejemplo de cómo proyectos bien articulados entre comunidad, sector público y privado pueden generar oportunidades de desarrollo sostenible para las comunidades”, sostiene la empresa.
Otra iniciativa apoya a los productores agropecuarios de La Jagua de Ibirico, Becerril y El Paso para comercializar productos ciento por ciento locales. Es así que, gracias al convenio suscrito entre las fundaciones La Jagua y Calenturitas del Grupo Prodeco, la Corporación Medios de Vida y Microfinanzas – Vital y Compass Group, se logró crear el proyecto para el fortalecimiento de productores locales en este departamento, y que busca desarrollar un modelo de proveeduría de alimentos a Compass Group, empresa encargada del servicio de alimentación para esta empresa.
De manera complementaria, y para incentivar la economía local, dentro del convenio también se desarrolla el llamado ‘Mercado Agropecuario Especializado: De la Finca a la Mesa’, en el que 40 pequeños productores agropecuarios de la zona comercializan sus productos de manera directa a la comunidad.
De igual forma en La Guajira, Cerrejón (una operación de extracción, transporte y exportación de carbón térmico) impulsa desde hace más de una década el Programa de Investigación y Aplicación de Sistemas de Producción Agrosilvopastoriles Sostenibles, que tiene como objetivo promover la lucha contra la pobreza, la degradación de tierras y la desertificación de áreas, buscando aportar así al mejoramiento de la calidad de vida de comunidades indígenas y campesinas.
La organización revela que, con este proyecto, se ha logrado la producción masiva de cultivos que proporcionan seguridad alimentaria, a través del incremento de la productividad de la tierra y el empoderamiento de comunidades en la región.
“Más de 200 personas de 40 familias pertenecientes a 6 comunidades rurales de los municipios de Albania y Hatonuevo han participado de este proyecto logrando mejorar indicadores de calidad del suelo en más de 75 hectáreas, producir más de 50 toneladas de alimento (fríjol, sandía, ahuyama, yuca, plátano y maíz), incrementar la productividad de la tierra mediante el mejoramiento de sus propiedades físicas, químicas y biológicas; y reforzar el conocimiento de las comunidades y la transferencia sobre prácticas agrícolas sostenibles”, explica la compañía.
Así las cosas, esta industria continúa con el firme compromiso de apoyar e impulsar a las regiones en las que hace presencia, no solamente fortaleciendo sus habilidades mineras sino promoviendo la vocación agrícola que caracteriza a esos municipios y que tienen en estos proyectos una oportunidad diferente para buscar su progreso y sustento.
tomado de: www.portafolio.co
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