A raíz de la emergencia del proyecto hidroeléctrico Ituango han surgido inquietudes sobre el futuro de la energía que demandarán los colombianos. Como consecuencia de la crisis y retrasos en el proyecto de Empresas Públicas de Medellín (EPM) –que debía entrar en operación en noviembre pasado– y previendo las necesidades que tendrá el país en los próximos años, la Comisión Reguladora de Energía y Gas (CREG) llevará a cabo una subasta de expansión el próximo 28 de febrero para que otras empresas se comprometan a entregar energía en firme. Al día siguiente se sabrá a quiénes les fueron asignadas esas obligaciones.
Sin embargo, dos días antes de esa puja, el 26 de febrero, el ojo estará puesto sobre la subasta de largo plazo, con la que el Gobierno espera que Colombia se empiece a encaminar en forma hacia las energías renovables: eólica y solar. “Nuestra meta, en esta primera subasta, es llegar a los primeros 500 megas de capacidad instalada en fuentes no convencionales de energías renovables. Los proyectos interesados en participar representan una capacidad instalada de 1.500 megas”, afirmó la ministra de Minas y Energía, María Fernanda Suárez.
Lo que las energías renovables actualmente representan en la matriz energética de Colombia es mínimo. Sin embargo, se calcula que el potencial de generación solar y eólica, por las características de vientos y luminosidad del país, es incluso mayor que el potencial hídrico nuevo.
Actualmente, Colombia depende en cerca del 70 % de la generación hidráulica (como la que tendría Hidroituango), lo que, según el Consejo Económico Mundial, hace que el país tenga la sexta matriz energética más limpia del mundo. Con las nuevas asignaciones, y las resultantes de otra subasta que se llevará a cabo en el segundo semestre del año, se espera tener una matriz más diversa y resiliente y que esté cada vez más cerca de empezar a reemplazar fuentes contaminantes y cumplir sus compromisos de reducción de emisiones.
Según Germán Corredor, de la Asociación de Energías Renovables (SER), estos procesos de subasta son el primer paso para que Colombia en 2030 tenga por lo menos 20 % de su matriz en energías renovables. En las pujas “participan solo proyectos nuevos, con capacidad instalada igual o mayor a 10 megas, que entren en operación a partir del 1° de diciembre de 2021”, explicó el director de la Unidad de Planeación Minero-Energética, Ricardo Ramírez.
Alejandro Castañeda, presidente de la Asociación Nacional de Empresas Generadoras (Andeg), señaló, sin embargo, que deberían replantearse los “riesgos” que en el contrato se ponen del lado del comprador de la energía y que podrían quitarle atractivo para el usuario. Corredor, por su parte, considera que, al igual que ha pasado en otros países de la región, estas energías entrarán siendo competitivas en Colombia.
Fuente: www.elespectador.com
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