Se equivocan quienes dicen que Buriticá, resurgió de la época de la violencia y el terror de la minería ilegal debido exclusivamente a la intervención de la fuerza pública. Quienes lo afirman desconocen que el operativo de ejército y policía estuvo precedido por una intervención social sin precedentes que respondía al llamado de los líderes sociales de Buriticá quienes exigieron al gobierno nacional y departamental, la protección de los derechos humanos de los habitantes del municipio. Era el grito de gente simple, de los líderes del municipio, quienes se enfrentaron como David lo hizo con Golliat a las fuerzas más oscuras de la delincuencia de este país.
La llegada del operativo militar y de policía, no hubiera sido posible sin la antesala de una inmensa intervención social. El clamor de los buritiqueños fue atendido por Continental Gold, y se hizo oír de los gobiernos nacional y departamental, quienes reconocieron la responsabilidad de unirse para devolverle a Buriticá la tranquilidad que había perdido por cuenta de la criminalidad. Ese llamado lo oyó también la comunidad internacional que se unió a la lucha por la legalidad. Fue la valentía de esos líderes lo que inspiró a la alcaldía y al resto de los buritiqueños para crear un espacio donde todos se pusieran de acuerdo, y coordinaran acciones, al que llamaron “Plan Buriticá”.
Tan importante como la antesala a la llegada de la fuerza pública, ha sido el trabajo que ha seguido tras haber finalizado la intervención. Con disciplina y perseverancia, cada día los líderes de Buriticá trabajan con la compañía, y los representantes del Estado, la cooperación internacional y organizaciones de la sociedad civil cerrando heridas, tejiendo nuevos sueños, quitándole soldados a la ilegalidad, y animando a todos a levantarse cada vez que la criminalidad gana una batalla.
Así las cosas, es cierto que el triunfo a la ilegalidad no sería posible sin las fuerzas militares, como tampoco sería posible sin todas las 28 instituciones y organizaciones que hacen presencia permanente en el municipio. Pero el verdadero ejército que está ganando esta guerra, se compone de los buritiqueños que están dispuestos a arriesgar su vida, valientes, indomables como el cacique del cual obtuvo el nombre el municipio, para enfrentar a los criminales que algún día le quisieron robar su paz. Por eso, Buriticá no va a dar nunca, “ni un paso atrás”.
Fuente: blogs.eltiempo.com
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