El 15 de diciembre se presentó el marco macroeconómico para el presupuesto federal. En este sentido, hay dos variables fundamentales para las previsiones que haga la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP): el tipo de cambio y el precio del petróleo, toda vez que las ventas del petróleo constituyen 17% de los ingresos estimados en 2018. En este contexto, la evolución del mercado petrolero será esencial para alcanzar, o no, un superávit primario del 1% con mayor holgura.
Para 2018, el tipo de cambio previsto en el presupuesto era de 18.40 pesos por dólar, el precio del petróleo de 48.50 dólares por barril (dpb) y la producción estimada de 1.98 millones de barriles al día; bajo estos supuestos, los ingresos esperados eran de 880 mil millones de pesos (mdp). Sin embargo, ante la mayor escalada del precio del petróleo de los últimos cuatro años –el crudo mexicano llegó a cotizar en 77.73 dpb– se anticipan ingresos de 926 mil mdp para el cierre del año; es decir, 46 mil mdp (equivalentes al 0.2% del PIB) por encima de los proyectados. El caso contrario sucedió en 2015 cuando la Ley de Ingresos, incluía un precio de referencia de 79 dpb frente al observado de 43.10 dpb, aunque gran parte de los efectos adversos fueron mitigados por las coberturas petroleras.
En este orden de ideas, es importante la evolución de los principales precios de referencia en el mercado petrolero. El 3 de octubre, el Brent del Mar del Norte y el West Texas Intermediate (WTI) alcanzaron un precio máximo de 76.41 y 86.29 respectivamente para un avance en el año de 26% y 29%.
En concordancia con estos precios, la Mezcla Mexicana (MM) alcanzó los 77.73 dpb para un avance en el año de 38%. Simultáneamente, la producción de los países de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) alcanzó su mayor volumen de producción en dos años; se exacerbó la tensión geopolítica y disminuyó la demanda. Como consecuencia, los precios cayeron más de 30% en dos meses para una ligera recuperación en diciembre. En lo que va del año, el precio promedio del Brent es de 65.86 y el del WTI es de 72.53; el de la MM es de 62.5 –14 dpb por encima de los 48.50 presupuestados. De cara a 2019, conservar la cifra de 51 dpb propuesta por la SHCP en los Precriterios de Política Económica 2019 sería una señal de prudencia fiscal.
El 7 de diciembre, la OPEP y Rusia acordaron recortar su producción en 800 mil y 400 mil barriles de petróleo durante seis meses para contener la fuerte caída de los precios. El recorte implica un cambio de política del cártel respecto a junio, cuando se incrementó el suministro en 1 millón de barriles para compensar el déficit en Irán. Al respecto, el presidente de Estados Unidos (EU), Donald Trump, señaló que ¡El mundo no necesita precios más altos! e, incluso otorgó algunas excepciones a ocho países para que puedan importar petróleo iraní sin enfrentar sanciones; entre ellos China, Italia, Turquía y Corea del Sur. Cabe destacar que la producción de EU asciende a 11 millones de barriles por día, por lo que un aumento de precios tras el recorte de la OPEP también beneficia a los productores de Shale en EU.
En otro orden de ideas, la próxima reunión de la Reserva Federal de Estados Unidos (FED) es este 19 de diciembre. El consenso de analistas espera un aumento en la principal tasa de referencia de 2.25% a 2.50%. A la luz de las declaraciones de Jerome Powell, presidente de la FED, ésta podría ser la tasa de referencia para una política monetaria neutral —aquella que ni acelera ni detiene el crecimiento económico— y podría mantenerse sin cambios hasta junio del próximo año; esto es, si los precios del petróleo no llevan la inflación a niveles que afecten el crecimiento esperado de la economía. En la misma línea, se espera que el Banco de México aumente la tasa de referencia en 25 puntos base el 20 de diciembre, para quedar en 8.25% y poder así mantener la estabilidad de precios.
Fuente: dineroenimagen.com
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