Generalmente se habla del gas natural solo como un combustible que ayuda a mejorar la calidad de vida en los hogares y que reduce las emisiones contaminantes en los vehículos, buses y camiones. Pero su rol en el sector industrial es igual de importante, siendo este fundamental para el desarrollo económico del país.
Según el IGU (International Gas Union), es probable que la demanda mundial de gas para la industria aumente en un 45,5% entre 2015 y 2035, con un crecimiento del 107% en China y del 108% en India, logrando una variación alta en el sector petroquímico, donde el gas natural se puede utilizar como materia prima en la fabricación de ciertos productos básicos.
En el caso colombiano, según proyecciones oficiales, el consumo de gas natural del sector industrial crecerá en promedio un 1% anual a 2032 y los departamentos en que las industrias se consume más son Santander, Bolívar, Valle del Cauca, Cundinamarca y Atlántico.
Y aunque el gas natural es un combustible limpio, eficiente y asequible que ayuda a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y la contaminación del aire, el carbón sigue siendo el combustible más demandado por los sectores de alimentos, minerales no metálicos, textiles y papel. Mientras que el gas natural es mayoritariamente usado en los sectores de refinación y de menor consumo (químicos y otros).
Esto sucede porque el carbón tiene un costo menor y es preferido por grandes industriales que no son tan conscientes de su impacto ambiental. Además, el mejor precio del carbón frente al gas natural se reafirmó en la inexplicable exclusión del carbón del impuesto al carbono (¡perdón por la redundancia!) de la pasada reforma tributaria.
Hay varias formas para que las industrias reduzcan sus emisiones de CO2 y material particulado, y logren mantener su competitividad usando combustibles más limpios y eficientes. Por un lado, el gobierno debe fijar una clara política industrial en materia de gas natural que dé a la Comisión de Regulación de Energía y Gas un lineamiento en materia de eliminación de inflexibilidades regulatorias para que las empresas del sector gasífero puedan ofrecer canastas de tarifas flexibles a sus usuarios en función del consumo.
Además, el país debe establecer cargos razonables por el respaldo de la red eléctrica que viabilicen las inversiones en autogeneración y también dar un incentivo de precio a los excedentes de autogeneración entregados en horas de máxima demanda. Estas medidas serían un gran paso para impulsar el uso del gas natural en la industria.
Si bien tenemos abastecimiento de este combustible, nacional o importado, para los próximos años, es fundamental asegurar una mayor disponibilidad a través del impulso a nuestro potencial costa adentro convencional y no convencional, así como el del Caribe costa afuera. La experiencia de Estados Unidos nos muestra que la mejor forma de alcanzar un mercado dinámico y con precios competitivos es creando las condiciones para tener una oferta abundante con diversidad de oferentes.
El sector industrial necesita un empujón para ser más eficiente y responsable con el medio ambiente y el gas natural es la herramienta más efectiva para hacerlo posible. El desarrollo sostenible será una realidad si se logran dar las señales de política pública y regulatorias adecuadas para que los grandes consumidores industriales tengan una opción que los ayude a ser al mismo tiempo productivos y responsables con el medio ambiente.
Fuente: larepublica.co
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