Las regiones de Colombia tendrán, para los dos próximos años, el más alto presupuesto que la Nación les ha girado en toda su historia, para grandes proyectos de inversión. Esa suma asciende a 30 billones de pesos, por regalías tanto nuevas como “ahorradas”.
Así lo revela la ministra de Minas y Energía, María Fernanda Suárez, quien anuncia la estructuración de “proyectos transformadores para las regiones”.
La ministra Suárez alcanzó notoriedad nacional como vicepresidenta financiera de Ecopetrol, con la aplicación del plan de ajuste y austeridad de esa empresa, que ejecutó bajo la dirección del expresidente de esa compañía Juan Carlos Echeverry.
Por otra parte, la ministra se declaró partidaria de que se estudie seriamente la opción del ‘fracking’ para la explotación de gas y petróleo, y reveló que integró una comisión de especialistas para que formule una recomendación.
(El ‘fracking’ es la fracturación hidráulica de las rocas profundas en la tierra que atrapan gas y petróleo). La ministra inicia su diálogo tratando el tema de regalías.
“Hay buenas noticias para los colombianos. El presupuesto de regalías que vamos a aprobar para 2019-2020 es de 19,2 billones de pesos, eso sube el presupuesto del 2017-2018, que fue de $ 11,7 billones; es un incremento del 60 %. 19 billones es el presupuesto de regalías más alto que ha tenido el país”.
¿Esa será la única cantidad para regalías?
No. A esos 19 billones súmele 3 billones que le vamos a aumentar al presupuesto actual por mayores precios internacionales. 19 más 3, vamos en 22 billones. Y hay 8 billones de pesos sin ejecutar en cuentas de ahorros. Entonces, tenemos 30 billones de pesos disponibles para hacer inversiones en las regiones y para el Fondo de Ahorro y Estabilización y las pensiones.
El reto es que estos recursos se conviertan rápidamente en obras que tengan trascendencia para las regiones.
El problema no es falta de dinero, el sector produce una enorme cantidad de recursos. El reto es que estos recursos se conviertan rápidamente en obras que tengan trascendencia para las regiones.
Ahí está el problema. Recuerde que el exministro Cárdenas congeló los recursos cuando advirtió el desorden y la irresponsabilidad de las regiones en el manejo de esos dineros. No tenían ni planes, ni auditorías, ni estudios ni prioridades, a pesar de las instrucciones de ley…
Vamos a trabajar en dos frentes: acompañar a los entes territoriales para que puedan estructurar buenos proyectos. Planeación Nacional va a convertir a Fonade en un estructurador de proyectos. Y segundo, que se agilice el proceso de decisiones y se haga una buena ejecución de los proyectos que se aprueben.
Pero mientras se organiza toda esa estructuración se acaba el gobierno…
El reto es estructurar proyectos transformadores para las regiones y sus comunidades. Además, estamos trabajando con el Congreso en la iniciativa de obras por regalías, que se discutirá durante el actual trámite del presupuesto. Las compañías podrán apoyar en la estructuración y ejecución de proyectos.
¿Qué compañías?
Las compañías de la industria de petróleo y gas y las compañías mineras, que es lo que mejor saben hacer.
¿Para estructurar proyectos de inversión?
Para estructurar proyectos de inversión.
Pero, no entiendo. ¿Cómo lo hacen? ¿Con qué parámetros? ¿Cede el Gobierno toda su iniciativa?
Lo que hacen las compañías es que prestan un soporte para estructurar esos proyectos y ayudar a ejecutarlos. Necesitamos destrabar el sistema, respetando los Planes de Desarrollo departamentales y municipales, y en equipo con alcaldes y gobernadores. Es una herramienta más para que las entidades territoriales puedan convertir esos recursos en obras.
Tenemos un objetivo común: que el dinero que producen las regalías se traduzca en obras y beneficios tangibles para las regiones.
¿Cuál es hoy la situación del país en materia de producción de petróleo y gas?
Tenemos el gran desafío de introducir las energías renovables, que son las producidas por viento, sol y biomasa, en la matriz de generación eléctrica. Vamos a pasar de 50 megas a 1.500 megas de capacidad instalada. Nuestra meta es transitar rápidamente a la cuarta revolución industrial.
¿Qué es la cuarta revolución industrial?
Es la revolución marcada por las tecnologías digitales, la nube, el internet, la inteligencia artificial y otras herramientas que están transformando la manera como vivimos. Esta realidad traerá enormes desafíos que nos van a obligar a cambiar el ritmo y la forma como trabajamos.
Pero ¿cómo proyecta dar semejante salto en generación de energía?
La transición energética empezará por pasar de 50 megas de capacidad instalada de energías alternativas, equivalentes a las que necesita una ciudad como Ibagué, a 1.500 megas, equivalentes a Cali y Medellín juntas, garantizando una matriz más diversificada y limpia.
¿Cómo va a empezar a desarrollar el plan?
Habrá una subasta en el primer semestre del 2019 para la comercialización de largo plazo de esa energía, para que así puedan entrar las fuentes renovables no convencionales. Y durante todo este gobierno vamos a gestionar que se puedan instalar los proyectos y hacer la línea de transmisión que va a conectar La Guajira, como fuente de energía eólica, con todo el país.
Es decir, usted no quiere ser la ministra que halló más petróleo, sino la ministra que encontró más sustitutos del petróleo…
Exactamente. El mundo va hacia las energías renovables. Colombia tiene que hacer una transición a nuevos sustitutos de la energía. La palabra es transición.
¿Le angustia más la baja producción de petróleo o la baja producción de gas?
El gas. Tenemos alta incertidumbre por las reservas de gas. Todo el gas que producimos lo usamos para consumo nacional. Además es una fuente de energía que nos permitiría mayor velocidad en respuesta frente al cambio climático.
¿Qué reservas tenemos de gas?
Solo para 10 años. Pero están divididos. La Guajira, que abastece todo el Caribe colombiano, ya está declinando y va a empezar a declinar muy rápido. Debemos encontrar un sustituto para la fuente de La Guajira. Y está Cusiana, que abastece el interior y va a durar más tiempo. Preocupa La Guajira.
¿Y todo el descubrimiento de gas que se hizo en el Caribe?
Va a tomar mucho tiempo para desarrollarlo.
¿Tiempo, es…?
Siete años o más para poder hacer el desarrollo comercial, porque son pozos profundos en costa afuera de Colombia y nosotros necesitamos encontrar gas para el 2022-2024. Además, los yacimientos del Caribe están aún en la fase exploratoria. No sabemos aún qué cantidad de recursos hay. Estamos en esa tarea.
¿Cuándo se sabrá?
En 2019 debería haber unos pozos delimitadores y en 2020 ya esperaríamos saber la comercialidad de los descubrimientos.
Estados Unidos pasó al sistema ‘fracking’ para producir más de 10 millones de barriles al día, triplicó su producción y dejó de ser importador para convertirse en exportador. ¿Somos capaces de hacer lo mismo?
Nosotros tenemos una oportunidad muy grande porque las reservas podrían pasar de abastecernos 5,7 años en crudo a 15 años. Y en gas, pasar de 10 a 30 años.
Semejantes expectativas parecen revelarla como amiga del ‘fracking’…
Esa es una decisión trascendental para Colombia. Por eso, el Gobierno ha integrado una comisión de expertos, con ambientalistas, sociólogos, hidrólogos, geólogos, ingenieros de petróleo, economistas, para que hagan un análisis y nos den una recomendación sobre si hacemos o no ‘fracking’.
¿Quiénes la integran y cuándo comienza a funcionar?
La integran Armando Zamora, Leonardo Donado, Ramón Espinoza, David Neslin, Gonzalo Andrade, Carlos Alberto Vargas y David Yoxtheimer, entre otros que están confirmando su participación. Esta comisión de expertos empezará a trabajar en el mes de noviembre.
¿Es bueno intentar el ‘fracking’?
Yo creo que es bueno oír a la comunidad y a grupos de interés, tener muy clara cuál es la reglamentación que existe y cómo se pueden mitigar riesgos ambientales.
¿Cómo definiría usted el sistema ‘fracking’?
Es una técnica que permite romper la roca donde gas y petróleo se encuentran atrapados a gran profundidad. Luego de perforar hasta alcanzar la roca, se inyecta una mezcla de líquidos y arena a alta presión para fracturar la roca y liberar gas o petróleo.
¿A usted le gusta que se estudie seriamente la posibilidad de explotar petróleo mediante el ‘fracking’?
Sí, con diálogo y con cuidado del agua. Nosotros tenemos que pasar de un debate político a un debate que entienda a las comunidades, con mucho entendimiento técnico y mucha pedagogía acerca de este sistema.
¿El ‘fracking’ podría ser la solución?
La solución es que se estudie seriamente y hacerlo si Colombia está capacitada y lista con la normativa para poder aplicar esa técnica. Podría ser una solución al tema de tener autosuficiencia en gas. El problema es que el debate se ha politizado, y tenemos que pasar de un debate muy político a un debate del entendimiento social unido a la pedagogía.
La solución es que se estudie seriamente y hacerlo si Colombia está capacitada y lista con la normativa para poder aplicar esa técnica.
Las comunidades se tienen que incorporar en esta discusión, para atender sus preocupaciones con pedagogía y con reglamentación.
¿Hasta dónde las comunidades son manipuladas por intereses políticos?
En la medida en que nosotros les demos una mejor información, las comunidades también tendrán más elementos de juicio. Creo que hoy en día los intereses políticos han primado en estigmatizar a la industria porque es fácil y rentable que le digan a las comunidades: agua o petróleo. Ese es un falso dilema.
Pero ¿realmente ese no es el dilema?
No. Eso no es cierto. No conozco un solo país que siendo rico en recursos naturales no los explote; los explotan responsablemente. Mire el caso de Canadá. Es rico en minería, en hidrocarburos, y explota sus recursos mientras aplica una de las agendas más importantes en cambio climático.
Noruega, rica en hidrocarburos, es el país más avanzado en términos de energía eólica y protege el agua y el ambiente. Las dos cosas se pueden hacer bien; no hay que escoger.
El Fiscal General dijo hace algunos días que el problema de la minería ilegal es más grave en Colombia que la producción de cocaína…
Tiene toda la razón. Hoy en día, un kilo de cocaína da una utilidad de 5 millones, mientras que un kilo de oro da 100 millones de pesos. Además se ha convertido en una fuente importante de financiación de los grupos al margen de la ley, al tiempo que genera uno de los efectos más devastadores en desforestación. El Gobierno Nacional y la Fiscalía están trabajando en una estrategia integral para combatir la explotación ilícita de minerales.
El caso de Electricaribe, ¿en qué estamos? ¿Para dónde vamos?
Electricaribe es un problema que ha envejecido mal; lleva más de 10 años deteriorándose y nosotros lo encontramos en una situación crítica. Tenemos todo el compromiso con la costa Caribe de buscar una solución definitiva a este problema y estamos en el proceso de hallar un nuevo operador, que le dé una energía eficiente y confiable a la costa Caribe. En noviembre debemos saber si hay interesados y quiénes quedan precalificados. Si los hay, esperaríamos ofertas en febrero.
¿A quién le interesa comprar una deuda?
Más que comprar una deuda, se trata de una inversión. No se nos puede olvidar que Electricaribe es el 25 % de la demanda colombiana, y si a Electricaribe se le hacen las inversiones que necesita por 700.000 millones de pesos anuales, puede ser una compañía muy rentable. Es un mercado muy atractivo, la costa Caribe tiene un alto potencial de crecimiento.
¿Qué está haciendo el Gobierno mientras encuentra el nuevo dueño?
Vamos a emitir una garantía que le permita a la compañía hacer inversiones durante el 2019 para reparar líneas de distribución y fortalecer la red y el servicio.
Fuente: eltiempo.com
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