El Ministerio de Comunicaciones, Infraestructura y Vivienda (CIV) es uno de los 14 ministerios que conforman el Organismo Ejecutivo. Fue fundado en 1871. Su misión es ser el ente rector que direcciona, reglamenta y representa en el ámbito nacional a los sectores de comunicaciones, infraestructura y vivienda, ejecutando políticas y estrategias para integrar al país con servicios acorde al desarrollo social y económico de la nación, contribuyendo a mejorar la competitividad a través del ejercicio de una administración y control eficientes.
Entre las dependencias del CIV se encuentran: la Dirección General de Aeronáutica Civil, Dirección General de Caminos, Unidad Ejecutora de Conservación Vial, Dirección General de Correos y Telégrafos, Dirección General de Radiodifusión y Televisión Nacional, Dirección General de Protección Vial, Dirección General de Transportes, Fondo Guatemalteco para la Vivienda, Insivumeh y otras. Sin duda alguna, el CIV es un ministerio enorme y quizá uno de los más criticados por la ciudadanía en cuanto a la calidad de los servicios y de la obra pública.
Según el CIV, Guatemala tiene 16,457 kilómetros de red vial, de los cuales solo el 45% está pavimentado. De acuerdo con la Cepal, Guatemala tiene 1.3 km de carretera por habitante, mientras que el vecino México tiene 4.1, Japón 9.2 y los Estados Unidos de América, 20.5. Guatemala no solo tiene una red vial pequeña, sino que más de la mitad es de terracería —tercer mundo—.
En los años setentas el gobierno militar construyó la autopista de Guatemala a Palín, carretera de dos carriles por lado. Eso ponía a Guatemala en el desarrollo moderno en infraestructura vial. En los ochentas se construyó la autopista a San Lucas Sacatepéquez y después hasta Antigua Guatemala. En los noventas la autopista de Palín a Escuintla ya fue distinta porque era con modalidad de peaje. En el gobierno de Óscar Berger se construyó la autopista de San Lucas hasta Quetzaltenango y la autopista a Sanarate. Si revisamos el estado y mantenimiento de esas autopistas podemos concluir que la mejor es la del tramo Palín a Escuintla, que se administra con peaje vía la empresa Marhnos, la cual participa en proceso de licitación en nueva autopista de Escuintla a Puerto Quetzal.
Si revisamos el estado de las carreteras pavimentadas a lo largo y ancho del país llegamos a la conclusión de que el modelo actual no funciona. Hay que cambiarlo. Si revisamos el modelo actual de mantenimiento de Covial, sobre todo en el 55% de la red vial que es de terracería, el escenario es peor aún. Simple y sencillamente se agotó el modelo. Guatemala ha dado un retroceso tremendo desde 2008 hasta 2018, los últimos diez años. Guatemala necesita cambiar el modelo de construcción y de mantenimiento de las carreteras del país. No es difícil crearlo. A mi manera de entender es copiando de países exitosos el modelo o los modelos. El peaje es un buen modelo. Pasen por la VAS y lo verán.
Para desarrollar el país necesitamos hacer ese cambio, y pronto. No avanzamos en nada con las carreteras actuales. El expresidente Barack Obama, en un foro al que asistí en Costa Rica en el 2013, dijo que en Guatemala la mercadería se transportaba a 17 kilómetros por hora. Me dio mucha vergüenza. Agreguemos a esos 17 kilómetros por hora cuando Codeca o grupos similares se les antoja bloquear el paso a los vehículos por el día, dos días o hasta casi tres días. Es una barbaridad.
Si no se cambian leyes y se implementa una adecuada plataforma legal y funcional para infraestructura vial, y si no se detiene el flagelo de interrumpir la libre locomoción en carreteras del país, Guatemala no podrá desarrollarse. Sin desarrollo no hay soluciones para todos.
Fuente: prensalibre.com
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