Si bien el Covid-19 ha tenido un impacto sin precedentes en la historia moderna, hay reflexiones que debemos hacernos a futuro, y de cómo la preparación para este tipo de casos no es sólo médica, es también tecnológica, digital y comunicacional.
En 1981 se descubrieron los primeros casos de SIDA, y la ciencia tardó más de dos años en identificar al virus causante de la enfermedad. Si se compara con los primeros casos #Covid_19, estos se notificaron el 31 de diciembre de 2019 en China y para el 7 de enero ya se había identificado el virus como tal. Es decir, la velocidad con la que el mundo científico avanza hoy es impresionante, y ojalá siga en ese sentido.
Sin embargo, el Covid-19 ha puesto a prueba los procesos de transformación digital que adelantan empresas a nivel global y nacional en diferentes sectores de la economía.
Se ha puesto en evidencia que el mayor reto de la transformación digital no es de plataformas tecnológicas o de acceso, porque hoy al igual que en la medicina el desarrollo de estas ha avanzado a pasos agigantados.
Realmente, el mayor reto para la transformación digital está en la comunicación y el cambio cultural que deben dar las personas para alcanzar un proceso óptimo, seguro y que no afecte los objetivos de negocio de las organizaciones.
En épocas de transformación digital lo primero que se debe entender es que los hombres piensan y las máquinas hacen. Ese cambio de paradigma se debe entender para que los procesos presenciales pasen a ser digitales en un marco de seguridad que mantenga activa la cadena de valor de cualquier organización, y los indicadores de gestión sigan la curva proyectada.
Las organizaciones que aprenden, porque sus colaboradores lo hacen. Si no hay un aprendizaje individual no puede haber uno organizacional, y este proceso sucede gracias a las interacciones humanas, de allí que otro reto en un proceso de migración digital sea el de mantener la interacción y comunicación de los equipos de trabajo.
El teletrabajo no puede ser sinónimo de aislamiento de las personas, porque se romperá el principio básico de generación de conocimiento a partir la comunicación e interacción.
La cultura de la seguridad digital. Gran parte de las empresas cuentan con un área de IT que establece unas normas y protocolos para el uso de equipos y dispositivos dentro de oficinas.
Pero, ¿qué tanto de eso se llevan los empleados una vez salen de sus casas?, ¿se conocen los mínimos básicos o principios de precaución para conectarse a redes seguras y usar los dispositivos sin que haya riesgos para la información que maneja la compañía? Esto por ejemplo, en el caso de los bancos, es fundamental.
Las campañas de seguridad de la información no deben esperar a este tipo de crisis para activarse. Siempre deben formularse comunicaciones para que se entienda el riesgo y se actúe previniendo.
Están a prueba todos los procesos de transformación digital por una coyuntura ajena, el Covid-19, las organizaciones, sin duda, aprenderán, fortalecerán el proceso y tomarán seguramente nuevas maneras de proceder que las harán más dinámicas, seguras y consciente de la importancia de que los hombres piensen más y mejor, y las máquinas hagan lo suyo.
Tomado de: Diario Portafolio «Coronavirus, hombres pensando, máquinas trabajando» Jhan Rivera (26 de Marzo del 2020) Recuperado de: https://www.portafolio.co/coronavirus-hombres-pensando-maquinas-trabajando-opinion-jhan-rivera-539398
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