Colombia: la economía minera en la formación cultural del Cauca

La estrategia del desarrollo tiene como base fundamental el vínculo de la cultura de los pueblos con sus procesos productivos, no de otra manera se entiende la vida activa y su representación en manifestaciones como el arte, la arquitectura, la literatura y otras que enriquecieron la historia de Popayán durante el siglo XVI y XVII y que reflejaron su importancia en los tiempos siguientes, bajo una economía basada en la explotación minera del oro.

La razón financiera de la Colonia giraba en torno de las minas de oro, de sus estructuras de aprovechamiento, de la esclavitud, de su comercio, de los impuestos, del poder, y de la hacienda que se expandía para garantizar la producción de alimentos para la cantidad de hombres vinculados a su trabajo.

El poder civil y religioso y el posicionamiento de la aristocracia criolla, fincó en estas circunstancias la base de su legitimación, toda vez que para la actividad de la Península era su razón de ser, por cuanto de allí derivaba la fuente principal de sus ingresos.

La formación de la República, la acción de sus guerreros que comprometió hombres y activos, en una circunstancia de mineros esclavos a guerreros libertos, debilitó la actividad minera y con ella la fortaleza económica, el poder y por tanto, propició el desmembramiento de lo conocido como el “Gran Cauca”, dejando la región en la difícil situación que hasta hoy afecta.

La producción caucana perdió el rumbo minero, dejó al lado sus saberes y experticias de esta actividad, no supo dónde quedaron los mapas de las minas y la caracterización de sus minerales, porque se pasó a la economía de las grandes haciendas de ganadería extensiva, que después desaparecieron por la presencia de la agroindustria, los bosques comerciales y la acción de la reforma agraria.

La otrora actividad aristocrática desapareció; pero hoy reaparece con una alta significancia en la economía regional; cálculos basados en los puntos de explotación permiten a los entendidos hacer aproximaciones superiores a los 24.000 mil millones de pesos semanales, que en el mes serían $96.000 mil millones, cifras muy prudentes que deben moverse en el mercado informal, por tanto, debe asumirse como la razón del flujo monetario tan significativo en la región.

Contrasta esta situación de riqueza con los índices de pobreza del Cauca, por tanto, la invitación al gobierno colombiano, de parte de toda la sociedad civil, debe estar centrada en poner a consideración del Estado la única vía de solución que se vislumbra como práctica y es la de modernizar la minería de estos territorios, empezando por abrir espacios para el estudio de la formalización de todos los puntos de explotación minera.

Solo una política de inclusión, si se adelantaron procesos de reconciliación con otros actores, porque no ensayar procesos de formalización con quienes adelantan estas actividades, precisamente porque el Estado no ha tenido una política clara y abierta para esta clase de sectores productivos, privilegiando las empresas multinacionales.

Desde luego, la formalización requiere reconocimientos, pero así ha sido toda la historia de Colombia, y también la modernización de los procedimientos de explotación, y no sin dejar de lado el uso de todos los instrumentos adecuados para contrarrestar las afectaciones ambientales.

Las cooperativas mineras dispersas en muchos municipios requieren asistencia técnica, financiamiento, apropiación de procesos limpios de producción, inclusión de mercados verdes, lo cual impulsaría la joyería, la talla de piedras, toda una posibilidad a partir del arte y la artesanía.

Universidades como la Autónoma de Popayán, a través del Gita, Grupo de Investigación en Tecnologías y Ambiente, adelanta prácticas para evaluación de impactos ocasionados por la minería, planteando alternativas para su competitividad.

No solo el oro debe tomarse como posibilidad de explotación minera, la abundancia en arcillas, material de arrastre, carbón, bauxita, azufre, caolín, y piedras semipreciosas susceptibles de talla como los olivinos, esmeraldas verdes, granates rojos y abrasivos, zafiros amarillos y azules, circonios, piedras para corte, corindones, piedras duras para procesos industriales, y los cuarzos dan una amplia expectativa minera.

Mirar la minería sin una visión positiva no permite al Cauca la inclusión de ingresos monetarios que requiere su desarrollo, los esfuerzos concentrados en otros sectores de la producción demanda estos recursos para poder salir adelante, conforme lo adelanta la Secretaría de Competitividad del Departamento.

Sectores como el de la construcción, los servicios, la agroindustria de la caña de azúcar y la piña, y el cultivo del café, el comercio, necesitan el apoyo de este sector, del cual, según la Agencia Nacional de Minería, Colombia, exportó en el año de 2017, 41 toneladas de oro, 34% menos que en los años inmediatamente anteriores, respecto de los cuales el Cauca registra una participación del 2%, cifra muy baja para su expectativa.

El Cauca en la actualidad adelanta muchos esfuerzos de todos sus sectores productivos, pero gira en busca de las expectativas de todos los estudios que se han adelantado sobre su prospectiva, para entender que se necesitan estrategias definitivas, una de ellas recuperar la cultura de la minería.

Fuente: proclamadelcauca.com