Brasil: un gigante dentro y fuera de las canchas.

Durante las últimas semanas, Brasil ha ocupado los titulares internacionales por ser sede e indiscutible favorito de la Copa América. Lo que muchos no saben es que, además de brillar por sus gambetas, el gigante suramericano es uno de los más importantes jugadores del mercado minero internacional. En efecto, desde hace ya varios años los gobiernos brasileños han adoptado medidas legales e institucionales tendientes a fortalecer el sector minero y atraer así mayor inversión extranjera, en una de las regiones con mayores reservas de minerales del mundo.

En 2017 Michel Temer ordenó la creación de la Agencia Nacional de Minería como entidad reguladora y fiscalizadora de los recursos mineros federales, la cual entró a operar a finales de 2018 con la misión de promover la competitividad del sector. Paralelamente, se aprobaron modificaciones sustanciales al régimen legal minero que había permanecido casi intacto desde la promulgación del Código de Minería a finales de la década de los sesenta, dentro de las cuales se encuentra la controversial eliminación de una reserva de aproximadamente 47.000 hectáreas en la Amazonía y su apertura a la exploración privada.

Por su parte, desde su llegada al poder Jair Bolsonaro ha adoptado medidas calificadas por muchos como un retroceso en los avances ambientales alcanzados por Brasil durante las últimas décadas. Sin embargo, lo que ha concentrado la atención de la opinión pública durante el 2019 ha sido la tragedia causada por el colapso de la presa de colas de propiedad de Vale en Brumadinho, siendo este el segundo incidente de este tipo en el que se ve involucrada la multinacional brasileña.

Y es que más allá de las inmensas afectaciones humanas, económicas y ambientales ocasionadas por este desastre, lo que está en juego en el largo plazo es la capacidad y credibilidad de uno de los actores más relevantes del mercado minero mundial, para fiscalizar y exigir en su territorio los más altos estándares de rigurosidad y sostenibilidad a un sector crucial de su economía.

Escrito por: Natalia Soto, Asociada Senior del departamento de Recursos Naturales- Lloreda Camacho & Co