“Se puede ser católico y apoyar la minería”…

Por: Martín Carotti

“La minería es un trabajo noble y digno como cualquier otro”…  “vengan y vean, conozcan”…, afirma el Padre Eduardo Gutiérrez desde San Juan, Argentina.  El sacerdote sugiere que los obispos que se oponen a la minería, deberían acercarse y conocer cómo funciona: “Entonces sí, uno se puede armar una idea cierta… en teología aprendemos que las valoraciones morales tienen que tener un fundamento científico”.

“Se puede ser católico y apoyar la minería”…  declara el Padre Eduardo Gutiérrez desde San Juan, Argentina. Y no es el primer sacerdote en tener una visión objetiva sobre la minería a partir de su experiencia. Comparte la misma opinión con el Padre Rómulo Cámpora, a partir de su experiencia en Jáchal (San Juan), o la del pastor Ricardo Alfaro, vecino de Paso del Sapo (Chubut). “Esto no es un dogma de fe” , afirma el Padre Rómulo Cámpora.

El Padre Gutiérrez asiste espiritualmente a trabajadores mineros y a la comunidad vecina a los emprendimientos mineros desde hace 20 años, tanto en San Juan, su provincia de origen, como en Santa Cruz.

 

“La minería es un trabajo noble y digno como cualquier otro”.

El Padre Eduardo Gutiérrez reconoce que redescubrió la actividad, pues no tenía opinión formada sobre la minería. Al tener la oportunidad de conocer, estar y ver la vida interna de una mina, las normas de seguridad, el cuidado del obrero, ha visto una actividad muy seria, responsable y noble: “Por eso trato de sacar ese fantasma de maldad con que se la pinta a la actividad minera porque no es así”.

 

La naturaleza al servicio del Hombre

                “Sed fecundos y multiplicaos y henchid la tierra y sometedla; mandad en los peces del mar y en las aves de los cielos y en todo animal que serpea sobre la tierra” (Génesis)

El Santo Padre Benedicto XVI, expresó su pensamiento en la encíclica del 7 de julio del 2009, “Caritas In Veritate”: “La naturaleza está a nuestra disposición no como un «montón de desechos esparcidos al azar sino como un don del Creador que ha diseñado sus estructuras intrínsecas para que el Hombre descubra las orientaciones que se deben seguir para «guardarla y cultivarla» Pero se ha de subrayar que es contrario al verdadero desarrollo considerar la naturaleza como más importante que la persona humana misma. Esta postura conduce a actitudes neopaganas o de nuevo panteísmo: la salvación del Hombre no puede venir únicamente de la naturaleza, entendida en sentido puramente naturalista”.

                “La naturaleza es una obra creadora de Dios que el Hombre tiene que explotar”, expresa Gutiérrez: “Al Hombre, Dios le deja la tarea de completar esa obra creadora de Dios, desde un río a un dique, sistemas de riego, etc. Las montañas cargadas de minerales son un regalo de Dios y también el Hombre tiene que poner su transformación ahí, haciéndolo de manera responsable”.

 

SI a la Minería responsable

“Hay que ver si es posible esa minería sustentable, que lleve todos los controles de seguridad y respete el medio ambiente, y si decimos que sí es posible, no hay que oponerse,… pero si se hacen las cosas mal, estaremos de acuerdo en oponernos, como en cualquier otra actividad que se haga mal”.

                “…he tenido la experiencia de descubrir, de ver todos los controles de calidad, en la defensa y del cuidado del medio ambiente, y la conciencia que le hacen tomar a la gente que está ahí sobre el cuidado de todo lo natural”.

“Se puede controlar, regular y convivir con la minería”, reafirmó y aclaró que “es una manera de transformar la riqueza que le ha dejado Dios al Hombre en la naturaleza…. Si los cerros Dios los ha dejado cargados de minerales, que el Hombre puede transformar en elementos para el progreso, entonces está bendecido y querido por Dios”, agregó.

 

Y llegó la minería…

                “He tenido la oportunidad de ver a los jóvenes tomando en la esquina, amaneciendo borrachos ahí porque no había otra cosa ni incentivo y cuando comenzaron a trabajar, ya se veían con su platita y empezaron a comprarse su celular, su moto, su autito. Y esas reuniones  en las esquinas se hicieron más cortas: se iban a dormir temprano porque sabían que a la mañana temprano los pasaba a buscar el colectivo para la empresa”.

                “He casado a varios jóvenes que trabajaban en la actividad. Y en todo este tiempo que estoy vi el proceso de no tener nada, ni ilusiones, hasta poder tener una familia”, destaca el Padre a la vez que resalta “la posibilidad de crecimiento profesional que han tenido los jóvenes,  de capacitación interna de la empresa, poder acceder a mejores cargos y aprender una profesión”.

 

Ver y preguntar,… aprender y comprender,… sin prejuicios…

Respecto a la postura antiminera del algunos obispos comenta: “Pero si uno ya parte con los prejuicios de que está mal, que se contamina, que se tiran los deshechos al agua, ¿quién va a estar a favor?, ni los que trabajan ahí… si las cosas se hacen bien y tiene todo el proceso de seguridad y  de normas de calidad, no creo que haya un riesgo”. Según Gutiérrez, los obispos que se oponen a la minería,  deberían acercarse y conocer cómo funciona: “Entonces sí, uno se puede armar una idea cierta… en teología aprendemos que las valoraciones morales tienen que tener un fundamento científico”.

Y el sacerdote nos deja un simple concejo: “Conociendo se disipan muchos fantasmas, porque se hablan tantas cosas sin fundamentos… vengan y vean, conozcan”.

 

FUENTE: Blog de Martín Carotti